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Hay entradas que son más bien descriptivas o enumerativas y otras, como ésta, en las que toca mojarse dando mi opinión. Supongo que haya gente que discrepe conmigo y otros que me den la razón, a todos ellos les invito a escribir comentarios y enriquecer de esa forma la entrada.

La cuestión es que en España hay varias casas de subastas dedicadas a la numismática, otras numismáticas que de vez en cuando organizan subastas y otras salas que, si bien no están especializadas en monedas, hay veces que subastan algunas. Yo creo que los coleccionistas de monedas deben estar al tanto a lo que pasa en esas salas, tanto si se pueden permitir adquirir monedas como si no. Ya se ha dicho muchas veces que las subastas son las mejores fuentes para tasar monedas y también para aprender a valorarlas. Así pues, aquí indico qué subastas sigo yo y mi opinión sobre cada una de ellas; para más información sobre cada subasta concreta de muchas de estas casas nunca dejaré de recomendar el blog de Rafael.

AUREO & CALICO

Una gran casa de subastas con más de 20 años de experiencia. Ya ha salido muchas veces en el blog y ha quedado patente que es muy seria y que en ella se ofrecen piezas de gran calidad. Los precios de salida son razonables, aunque las gangas son muy raras, y su forma de tasar muy buena. Para mí es la casa de subastas por excelencia en España (<a href=»http://www.numisfera.com/resumen-de-subastas-ii-semestre-de-2009/»>no soy el único que opina lo mismo</a>) y no creo que sea casualidad que haya sido Aureo & Calico quienes organizasen la subasta de Caballero de las Yndias.

MARTI HERVERA Y SOLER Y LLACH

Marti Hervera es una numismática barcelonesa que de vez en cuando organiza subastas numismáticas, y últimamente lo hace junto con Soler y Llach, una casa de subastas que lleva 20 años operando. No sé por qué lo hacen juntos, y la verdad es que tampoco me importa demasiado. La cuestión es que son una casa de subastas muy seria que organiza unas cinco subastas al año. La forma de valorar también es muy correcta, de hecho, junto con Aureo & Calico, son las subastas que tengo como referencia para valorar monedas. Los precios de salida suelen tirar a ser altos, por lo que muchas veces venden pocos lotes. Aún así, siempre se encuentran monedas buenas con precios interesantes. Por supuesto, en el blog se ha hablado bastante de ellos.

CAYÓN NUMISMÁTICA

Cayón es una sala de subastas numismáticas internacional afincada en Madrid. No organiza muchas subastas al año, apenas un par de ellas, pero son subastas espectaculares. Su forma de valorar las monedas es muy muy exigente, hasta el punto de que lo que para ellos es un MBC para el resto del mundo sería un EBC/EBC-. Los precios de salida son, generalmente, muy bajos (teniendo en cuenta la calidad real de las piezas), pero es raro cazar chollos porque allí puja mucha gente y las piezas suben rápidamente de precio. Lo malo de es que muchas veces se centra en piezas extranjeras y no tiene demasiadas monedas españolas; sin ir más lejos, la próxima subasta se centra en monedas alemanas y austriacas.

JESÚS VICO

Jesús Vico es una numismática madrileña que organiza un par de subastas al año. No suelen tener piezas espectaculares, aunque siempre hay cositas cuyos remates sorprenden. Los precios de salida suelen tirar a bajos, pero las tasaciones pecan, en mi opinión, de ser un poco alegres. No es que engañen a quienes pujan, pero hay veces que consideran la pieza en mejor estado de lo que yo lo hubiera hecho. Por otra parte, la interfaz de pujas en su web me parece horriblemente mal diseñada, y eso no es un detalle menor.

JOSÉ A. HERRERO

José A. Herrero es una numismática que organiza alrededor de tres subastas pequeñitas al año. Prestan bastante atención a variantes y errores, aunque las piezas raras escasean, pero siempre hay cosas interesantes, aunque los precios de salida no suelen ser bajos. Para pujar de forma telemática hay que mandarle un mail al contacto de su web con la relación de monedas y pujas, así como tus datos personales. Éste me parece un mecanismo muy poco cómodo y poco serio, aunque entiendo que quizá no le compense que le diseñen una web como Dios manda.

NUMISMÁTICA LAVIN

Se trata de una numismática de Bilbao que organiza de vez en cuando subastas. Yo nunca he pujado en ella ni pienso hacerlo viendo la poca seriedad que se gastan: mandan un librillo con una relación de «piezas – tasación – precio de salida» sin mostrar una simple foto. Los precios puestos parecen auténticos chollos, pero si tienes la desgracia de ganar alguna moneda te das cuenta que la valoración es más que alegre, y que una pieza que consideran EBC malamente llegaría a MBC/MBC+.

NUMISMÁTICA PLIEGO


Poco puedo decir de esta pequeña sala de subastas afincada en Sevilla, puesto que ni he pujado nunca en sus subastas ni tampoco conozco personalmente a nadie que lo haya hecho. Por lo que parece, hace pocas subastas y en ellas no hay piezas de muy alta calidad, aunque en la última los precios de salida eran más que interesantes (no conozco los remates porque no los publica en su web, un detalle muy feo). Más información al respecto aquí.

SUBASTAS DURÁN

Subastas Durán es una casa de subastas madrileña especializada en arte, joyas y documentos antiguos. Sin embargo, de vez en cuando incluyen monedas, generalmente de oro y vendidas «al peso». Es decir, que pueden incluir lotes con una descripción tal como «13 monedas de 25 pesetas de Alfonso XII», sin especificar más. Quizá no sea la mejor forma de obtener grandes piezas, pero se pueden cazar por poco más de lo que valga el material con el que están hechas.

MONTES DE PIEDAD

Aquí no voy a especificar ninguno concreto, todos conocemos bancos y cajas que tienen su monte de piedad donde la gente empeña joyas y demás. Últimamente la gente está empeñando mucho, por lo que se están sucediendo multitud de subastas de este estilo, en muchas de las cuales puede pujarse por la web. Lo que más abunda son joyas, pero de vez en cuando se ven monedas de oro, tanto engarzadas y convertidas en anillos o pulseras, como sueltas. No se especifica ni la calidad, ni se garantiza que sean auténticas, pero muchas veces nos podemos hacer con ellas por el precio de su oro, o incluso por un poco menos.

EBAY

De eBay ya se ha hablado en el blog y se seguirá hablando. Por ahora no me meto con la cuestión porque qué, cómo y cuándo comprar ahí es un tema complejo que habrá que tratar con calma.

Por primera vez, en este blog aparece una entrada que no he escrito yo, sino Tanagua Hernández Ferrer, lector de este blog que ha hecho unos comentarios muy interesantes. Se trata de un fragmento de su libro «Mi pasión por los duros de plata«, que aún no se ha publicado, pero que tiene muy buena pinta a juzgar por el fragmento que escribió como comentario en la entrada dedicada a las variantes de duros de plata. Hay algún detalle con el que no estoy plenamente de acuerdo, ya lo comentaré en otra entrada, pero el texto me parece muy bueno, propio de un coleccionista apasionado con unos conocimientos que sólo proporcionan un montón de años de experiencia. Las imágenes que ilustran el texto están sacadas de la última subasta de Jesús Vico; son unos duros extraordinarios y con unos remates impresionantes.


EL MARAVILLOSO MUNDO DE LAS VARIANTES

Dentro del maravilloso mundo de la numismática el apartado más fascinante, según mi criterio, es el de las variantes y para que podamos hacernos una idea de ello hay que decir que la colección de los duros de plata del centenario consta de treinta y ocho piezas originales de las que se desprenden la cantidad de ciento setenta y seis variantes que dan un total de doscientos catorce duros. Por lo que habrá que tener muy claro lo que es variante y lo que es original en el momento de completar nuestra colección. Si somos verdaderos coleccionistas y amamos estos trocito de historia no sólo por su valor, sino por lo que representa, por los recuerdos, por su belleza y por su gran valor cultural, no podemos engañarnos a nosotros mismos y si lo que pretendemos coleccionar son originales no deberíamos tener variantes entre nuestras piezas. Pero para que tengamos claro el concepto de original y variante aclaremos qué son y porqué se producen. Primero que nada se debe decir que, en numismática y siempre desde mi criterio, variante es todo aquello que por alguna razón varía de lo que se pretendía en principio, o sea de lo que es aprobado en decreto, el cual le da legalidad a esa moneda.
Seguro que estas líneas serán objeto de mucha polémica, pero si ellas nos inducen a que aclaremos de una vez por todas las muchas dudas que aún existen en el apartado de las variantes del centenario, todos quedaremos satisfechos.
Las variantes, para mi colección, las he dividido en cinco grupos, según las razones por las que yo he creído se producen éstas:

A.- Por rectificación de los cuños:

B.- Por accidente:

C.- Por Error:

D.- Por intencionalidad:

E.- Por resello:

Podíamos considerar un sexto tipo, Por olvido pero lo he dejado dentro del tipo “C”.

Por rectificación de los cuños:

Cuando sobre unos cuños ya hechos se efectúan cambios en sus fechas o en sus ensayadores para aprovechar cuños anteriores se ha producido rectificación. Podemos citar como ejemplo el duro de 1879 al que se le rectificó el 79 hincándole el 81 encima, o el ensayador MS-M al que se le hincó el MP-M encima.

Por accidente:

Cuando antes de la acuñación de una moneda se produce el choque en vacío de los cuños, o dicho de otra manera, cuando baja el troquel y no ha sido introducido el cospel de plata, estos originan entre sí deformaciones que quedarán presentes en ellos y desde ese momento todas las piezas que se acuñen llevarán mas o menos restos de estas marcas diferenciándolas de la original, lo que podría dar pie a que saliesen de un cuño mas monedas variantes que originales.

Por Error:

Cuando en algunos de los trabajos realizados sobre los cuños se produce alguna equivocación, las monedas que salgan de ellos debemos considerarlas variantes por error. Un ejemplo lo tenemos cuando en las dos estrellas aparecen 18-18 o 78-18

Por intencionalidad:

Por el contrario, cuando las variaciones son realizadas a voluntad, estas las debemos considerar variantes por intencionalidad. Un ejemplo de ellas podría ser y así las tengo en mi colección, la base de la columna más corta o la falta del punto al final Kg. en los duros de Amadeo I.

Por resello:

Cuando cierta cantidad de monedas es resellada para volver a circular, como fueron los duros del Gobierno Provisional y de Amadeo I en los que Portugal marcó su Corona y las iniciales G.P. para su circulación en las islas Azores, debemos considerarlas variantes.


Ahora se me antoja muy importante hacer mención a cómo y porqué se manifiestan estas variantes en cada una de las piezas y teniendo en cuenta los duros que he podido analizar durante más de veinticinco años.

1) Variantes ocasionadas por rectificación de los cuños:

En las piezas de Amadeo I existe sólo dos tipos de estas variantes:

A) Se trata de la rectificación de los ensayadores SD-M por DE-M y lo encontramos en los años 1871 con estrellas 18-73, 18-74, 18-75 y 18-18. Sobre todo en los de 18-73 difíciles de encontrar en versión original, y la rectificación de la segunda estrella donde aparece el 73 sobre el 72.

En las piezas de Alfonso XII existen seis tipos de estas variantes:

A) En 1876 se rectificaron cuños de 1875 a los que se le hincaron el “6″ sobre el “5″ apareciendo un duro de 1876/5 con *18-76. Esto sucedió también en 1877 que aparece sobre el 6 y 1878 DE-M sobre el 7 o 1879 sobre el 8 o 1881 sobre el 79.

B) En 1878 cambiaron los ensayadores que eran DE-M pasando a ser EM-M y se hincaron cuños de reverso con DE-M con las nuevas iniciales EM-M. Estos cuños se usaron también en 1879. En 1881 cambiaron nuevamente, esta vez a MS-M por lo que se usaron cuños de reverso de 1878 con DE-M y EM-M y se les hincaron las iniciales MS-M hasta llegar al 1885 *18-87, que empezó con MS-M y acabó con MP-M para lo que se hincaron cuños con las iniciales MP-M sobre DE-M o EM-M.

C) En las monedas de 1881, el busto de Alfonso XII aparece sin patillas y ese mismo año el grabador Gregorio Sellán prepara el nuevo modelo para el anverso, en el que el Rey aparece con patillas y la fecha el 1881. Con toda seguridad cuando la pieza está terminada es ya final del 81 o principio del 1882, por lo que se tienen que rectificar los cuños con el nuevo año, hincando el “2″ sobre el “1″. De estas piezas rectificadas existe gran variedad. Personalmente he podido comprobar 15 tipos diferentes, así podemos encontrar piezas de 1882/1 con estrellas 81, 82 y 82/1 y con cuatro tipos de variantes en cada una, además de la rectificación de ensayadores.

D) En el año 1882 además de rectificar cuños de 1881 también se hicieron cuños nuevos y en algunos de ellos se hincaron por error las estrellas con 18-81 por lo que hubieron de rectificar el error hincándoles sobre el “1″ el nuevo “2″, aunque ya se acuñarían piezas con el “1”, así encontramos piezas de 1882 con estrellas (18-81), (18-82) y (18-82/81).

E) De los cuños anteriores de 1881 y 1882 también se rectificaron para utilizar en 1883 por lo que encontramos piezas de 1883/1 *18-83 y piezas de 1883/2 *1883.

F) En 1885 además de los cuños nuevos se cogieron algunos de 1884 y se rectificaron hincándoles el nuevo “5″ sobre el anterior “4″ por lo que veremos piezas con 1885/4 *18-85 tanto con ensayador MS-M o MS-M sobre DE-M.

En las piezas de Alfonso XIII existen dos tipos de estas variantes:

A) Los cuños de reverso de 1878 se siguieron utilizando durante muchos años, lo que puede indicar que; o se hicieron muchos o se gastaron pocos. Por eso podemos encontrar duros de 1888, 1889 y 1890 con la rectificación de ensayadores de MP-M sobre DE-M o sobre MS-M y duros de 1890, 1891, 1892 con PG-M sobre DE-M.

B) Otro tipo de variante por rectificación lo tenemos en los duros de 1891 donde por error se hincó la estrella con 18-18 y luego se rectificó hincándoles el verdadero 91 en la segunda estrella por lo que encontramos piezas de 1891 con estrella 18-91/18


2) Variantes ocasionadas por accidente antes de la acuñación:

En las piezas del Gobierno Provisional existen dos tipos de estas variantes:

A) En 1870 podemos apreciar claramente con una buena lupa las rayitas del escudo de reverso marcadas sobre las piernas de la Hispania del anverso en forma de rayos de sol, la cinta con la frase plus asomando tras los montes que bajan a Gibraltar en forma de montaña y la forma de la columna derecha del escudo de reverso marcada en el cuello de la Matrona. En algunos casos sólo se ven las rayitas en forma de sol.

B) En otras piezas estas marcas se producen en el reverso en forma de cordillera detrás del león. Esto sucede dependiendo de la dureza que haya alcanzado el cuño de reverso o anverso, aunque se puede dar el caso de encontrar los tipos A y B en la misma moneda, seguramente y según mi opinión, esto sucede porque el temple ha sido igual en los dos cuños.

En las piezas de Amadeo I existen tres tipos de estas variantes:

A) Si los cuños están coincidentes en el momento del choque, las rayitas del cuadrante superior izquierdo del escudo de reverso quedan grabadas verticalmente en el fondo de la oreja de Amadeo I que es la parte más sobresaliente del cuño de anverso. Estas piezas son las más difíciles de encontrar pues la forma correcta de colocación de los cuños es la no coincidente.

B) Si los cuños están de forma correcta o sea no coincidentes en el momento del choque, aparecen las rayitas verticales del escudete de la casa de Saboya marcadas en la patilla de Amadeo I, nunca en la oreja y lo que sí suele verse en el fondo de la oreja son las patas del león, y en raros casos la silueta de la columna de reverso junto a la frente de Amadeo I, dependiendo de si el golpe de los cuños fue más o menos fuerte.

C) También si los cuños no están coincidentes encontramos el negativo de la oreja de Amadeo I impresa entre las patas del León del escudo de reverso, esto depende como ya he dicho, de la dureza de los troqueles, el mas duro marcará sobre el mas blando como es lógico.

En las piezas de Alfonso XII existen cuatro tipos de estas variantes:

A) Uno de estos tipos lo encontramos en las piezas de Alfonso XII sin patillas en los años 1875, 1876, 1877, 1878, 1879 y 1881. En estas piezas aparecen las rayitas horizontales del escudete de los Borbones marcadas en el fondo de la oreja de Alfonso XII. Estas rayas acostumbran a aparecer en los años 1875 y 1876 de tres tipos: uno en el fondo de la oreja (con 5 o 6 rayitas), otro en el fondo y en el pabellón (con 8 o 9 rayitas) y otro en el fondo, en el pabellón y en la patilla (con 11 o 12 rayitas) dependiendo del golpe de acuñación. En los años 1877, 1878, 1879 y 1881 sólo he podido encontrar el primer caso.

B) Los otros tres tipos de esta variante aparecen en las piezas de Alfonso XII con patillas y dependen de si los cuños están o no en posición correcta en el momento del golpe en vacío. El primero de estos tipos aparece cuando los cuños están en posición correcta, o sea que no están coincidentes, así podemos ver el negativo de la oreja de Alfonso XII entre las patas del León del escudo de reverso, esta variante se produce en los años 1882, 1883, 1884 y 1885 con estrella 85, 86, 87. Con los cuños en posición correcta nunca veremos rayitas en el fondo de la oreja de Alfonso XII.

C) También si los cuños no están coincidentes en el momento del golpe aparecen las rayitas horizontales del escudete de los Borbones de reverso marcadas en la patilla de Alfonso XII junto a su oreja, este tipo de variantes lo he podido encontrar en los años 1882, 1883, 1884 y 1885. Los dos tipos de variantes B y C al ser de cuños no coincidentes deberían aparecer los dos en la misma pieza, sin embargo sólo conozco estas variantes por separado.

D) Si los cuños están coincidentes, las rayitas verticales del cuadrante superior izquierdo del escudo de reverso, aparecen marcadas en el fondo de la oreja de Alfonso XII. Este tipo de variante solo lo conozco en los años 1884 y 1885 con estrellas 85, 86 y 87. Este tipo de accidente sucede en pocas ocasiones ya que la correcta posición de los cuños es la no coincidente, por lo que tendrían que suceder dos cosas; primero que los cuños se colocaran por error en posición coincidentes y segundo que chocaran en vacío durante ese periodo, por lo que son muy escasas estas piezas.

En las piezas de Alfonso XIII existen tres tipos de estas variantes:

A) Uno de estos tipos lo encontramos en los duros de Alfonso XIII “pelón”. En estas piezas aparece marcada la silueta del cachete y la barba del niño pelón en la esquina superior izquierda del escudo de reverso en forma de nube y alguna rara vez la forma de la corona bajo la barba del niño en el anverso.

B) Otro tipo de estas variantes las tenemos en los duros de Alfonso XIII “rizos” y en estos aparecen rayitas horizontales en el fondo de la oreja de los años 1892, 1893 PG-L, 1893 PG-V y 1894, producidas por las rayas del escudete de la casa de Borbones del escudo de reverso

C) Otro tipo de estas variantes lo podemos ver en los duros de Alfonso XIII “joven”, en estas piezas aparecen las rayitas del cuadrante superior izquierdo del escudo de reverso marcadas en el fondo de la oreja del rey, esto lo he visto en los años 1897, 1898, 1899 y 1897 de Manila.


3) Variantes ocasionadas por error en la manipulación de los troqueles:

A) Todas las fechas de las estrellas que aparezcan grabadas con 18-18 o invertidas como las del duro de 1878 que aparecen 78-18 son ocasionadas por error al hincar las fechas en las estrellas de los punzones generales. De este tipo de variante tenemos en casi todas las fechas de las que yo he podido ver: 1870 *18-18; 1871 SD-M *18-18; 1871 SD-M *81-18; 1871 SD-M *71-18; 1871 DE-M *18-18; 1878 DE-M *78-18; 1878 DE-M *18-18; 1879 EM-M *18-18; 1881 EM-M *18-79; 1882 *18-81; 1882/1 *18-81; 1884 *18-18; 1885 MS-M *18-18; 1889 *18-18; 1890 MP-M *18-18; 1891 *18-91/18; 1891 *18-18; 1892 *18-18; 1897 *18-18 y 1898 *18-18.

B) También por error al hincar el punzón general sobre los cuños, se produjo otro tipo de variantes, al imprimir diferente presión cuando se hincaron los cuños, por eso aparecen tres tipos de formas en el busto de los duros de Alfonso XIII “pelón” de 1888 MP-M. En la más corriente el pecho del niño es curvo y termina en pico, en otra el pecho también es curvo pero termina redondeado como el de 1888 MS-M y en otra el pecho termina en pico pero es plano. El segundo tipo es el mismo que el del anverso de 1888 MS-M el cual, en cuanto se descubrió que estaban equivocados los ensayadores, se rectificó cambiando las iniciales MS-M e hincando el verdadero MP-M. El último tipo que hemos citado es el más difícil de encontrar de los tres.

4) Variantes ocasionadas por intencionalidad:

A) En los duros de Amadeo algunas piezas aparecen sin el punto al final de Kg. y aunque hay muchas teorías sobre eso yo me inclino a pensar que fue intencionado ya que la idea de que el punto se taponara es algo tan difícil como increíble pues siempre quedaría algo del munto. La otra teoría es la de un olvido al ir a hincar dicho punto, en este caso todas las monedas tendrían ese defecto ya que las letras, los puntos y demás signos se hincaban en la matriz general de la que salían todos los punzones y cuños, claro que todo esto son teorías mías.

En otras piezas de Amadeo I aparece la línea horizontal superior que forma la base de la columna derecha, más corta y aquí sí que no podemos ni pensar en un taponamiento. Todos los buenos aficionados a esto de la numismática sabemos como fue de generoso el gobierno de Amadeo I para el coleccionismo, por lo que es más que probable que estas variantes que encontramos en las monedas de este reinado fuesen intencionadas, claro está que esto es mi modesta opinión, espero que sobre este mundo de las variantes se haga algún estudio serio y en profundidad, yo solo pretendo forzarlo.

5) Variantes ocasionadas por resello:

A) Algunas monedas del mandato del Gobierno Provisional y de Amadeo I fueron reselladas por el Gobierno Portugués con un cuño en forma de círculo de unos 8 milímetros de diámetro en cuyo interior se puede ver una corona real con las iniciales G.P. debajo de ella.

Y para terminar con las variantes decir como al principio, “no es lo mismo original que variante” por lo que toda variación de la original debe ser considerada como diferente y clasificada por separado, de lo contrario estamos amontonando monedas no coleccionándolas y sobre todo nos estamos engañando a nosotros mismos.

Una de las características que más se nota a los que empiezan a coleccionar monedas es que para valorar una pieza lo primero que hacen es mirar las estrellas y después mirar por encima el resto de la moneda para considerarla MBC (Muy Buena Conservación), EBC (Excelente Buena Conservación) ó SC (Sin Circular). Así pues, una moneda si está en calidad SC está perfecta, la guarda en su colección y se olvida: ya tiene el hueco cubierto para siempre jamás.

Desgraciadamente esto no es tan sencillo, puesto que entre dos monedas del mismo tipo que no hayan circulado puede haber diferencias significativas que las hagan más o menos valiosas. Estas características pueden ser el tener una pátina bonita, la aparición de óxido, el que sea una variante más o menos clara… con tiempo y una caña intentaremos ir abordando todas ellas. En este post nos centraremos en la calidad de acuñación de la moneda.

Dentro de las monedas sin circular se suelen distinguir dos tipos «especiales» de piezas: PROOF y Flor de Cuño (FDC). Las piezas PROOF se caracterizan porque se limpia el cuño cada vez que se acuña un moneda, por lo que se aseguran que la acuñación de la moneda es perfecta. Históricamente estas monedas se imprimían para controlar la calidad del cuño o para proporcionar las pruebas donde se viese perfectamente las características de la moneda. Hoy en día, sin embargo, se utilizan sobre todo para hacer moneda conmemorativa para coleccionistas. Generalmente las monedas proof tienen la imagen en mate y el fondo en brillo, consiguiendo un efecto muy bonito. La diferencia entre una proof y una sin circular se aprecia bien en la siguiente imagen, que toma como ejemplo 1 lev búlgaro (fuente).

En la numismática de los últimos años, las monedas Proof se han reservado para estuches o carteras. Las hay que son muy baratas (como las carteras de 1977) y las hay más caras, aunque todas ellas con un precio moderado. Sin embargo, hay otras monedas que realmente se hicieron como prueba de acuñación, y no pensando en los coleccionistas, cuyo precio puede llegar a ser muy alto. Un ejemplo sería la moneda de 25 céntimos de 1937 acuñada en Viena. En calidad SC es muy barata, pero en calidad Proof es rarísima.

Por otra parte, las monedas FDC son, al menos teóricamente, la primera moneda que acuña cada cuño particular. Entonces, como el cuño no está nada desgastado, la acuñación es muy fuerte y se ven todos los relieves nítidos. Pero cuidado, que una moneda esté bien acuñada no significa que sea FDC, lo que pasa es que eso es muy típico: decir al comprador que es FDC cuando realmente es una acuñación fuerte (también llamado SC+).

Luego hay monedas cuya acuñación es mejor o peor, y eso depende básicamente de la calidad del cuño y del estado del mismo. Si con un mismo cuño se hacen miles de monedas, éste se va desgastando y las que acuñe al final tendrán peor calidad que las del principio. Los detalles son menos nítidos y se tiene menos relieve, esto hace que el valor de la moneda descienda. Otra cuestión es que el cuño se rompa, en cuyo caso hay excesos de metal por la moneda que pueden considerarse errores por rotura de cuño (v.g. oreja rayada, quinta pata, cero partido… ya los iremos viendo).

En las monedas actuales la acuñación casi siempre es muy buena debido a que la FNMT cuenta con buenas máquinas. Sin embargo, no mucho tiempo atrás esto no era así y es muy típico que las monedas de Franco (y especialmente las pesetas), estando sin circular, tengan una acuñación bastante floja.

Como muestra un botón: la primera de estas pesetas de 1963 (19-67) estuvo ofrecida por la subastas de Marti Hervera y Soler y Llach del próximo 5 de noviembre. Su precio de salida es de 35 euros. La siguiente moneda es del mismo tipo y se la he ofrecido a un amigo (por cierto, tengo más). Ambas están sin circular, pero la diferencia es evidente.

Un último apunte muy curioso es el duro de 1978 con la variante «globo crucífero», también llamado «Duro Alemán». En esas épocas España emitió mucha moneda, y parte de ella fue acuñada en Alemania, aunque se hizo con la ceca de la M coronada de Madrid. Los alemanes contaban por aquél entonces con una maquinaria mucho mejor que la española, y por eso la acuñación de las monedas alemanas fue mucho mejor que las españolas. Concretamente, en el duro de 1878, en una bolita que aparece encima de la corona debería haber una cruz; pero esa cruz sólo se aprecia en las monedas acuñadas en Alemania por tener mejor calidad de acuñación. De esta forma, ese detalle permite identificar la procedencia de la moneda y hace que la pieza valga más (aquí se estima en 14 euros).

Esta bitácora ya ha encontrado un hueco para enumerar todas las variantes de monedas de oro, de plata (más los duros) y de cobre, pero no ha citado en ningún momento a las piezas de Manila ni a las de las Guerras Carlistas. ¡Qué despropósito!. Son monedas que yo no colecciono, pero no por ello hay que despreciarlas. Así pues, aquí van estas monedas, que las teníamos pendientes.

CARLOS VII

5 céntimos

1875 Prueba en plomo
1875 Prueba de doble grosor en metal blanco. Reverso girado
1875 reverso coincidente

10 céntimos

1875 Prueba en bronce dorado
1875 reverso coincidente

50 céntimos

1876 Prueba en calamina
1876 Prueba en plomo

5 Pesetas

1874 canto liso
1874 canto estriado
(1874) Prueba de anverso en cobre con escudo de Cataluña
1874 Prueba en bronce con doble grosor
1874 Prueba en plomo con doble grosor
1874 Prueba en cobre
1874 acuñada en plata
1874 plata doble grosor
1875 acuñada en plata
1875 acuñada en cobre
1885

MANILA

2 centavos

1894

10 centavos

1883/2

20 centavos

1881/0
1882/1
1883 primer 8 sobre otro 8
1883 gráfila de púas

50 centavos

1880 Prueba en latón
1882/0
1882/1
1885/3

REVOLUCIÓN CANTONAL

5 pesetas

1873 reverso coincidente. 80 perlas en anverso y 85 en reverso
1873 reverso no coincidente. 80 perlas en anverso y 85 en reverso
1873 reverso no coincidente. 86 perlas en anverso y 90 en reverso
1873 reverso no coincidente. 89 perlas en anverso y 87 en reverso
1873 reverso no coincidente. 93 perlas en anverso y 93 en reverso
1873 reverso no coincidente. 100 perlas en anverso y 85 en reverso.
1873 reverso no coincidente. 100 perlas en anverso y 95 en reverso.
1873 reverso no coincidente. 100 perlas en anverso y 95 en reverso. Acuñada en cobre

10 reales

1873

2 pesetas

1873 acuñada en Bruselas

UNIÓ CATALANISTA

100 pesetas

1900 Prueba en plata
1900 Prueba en plata dorada

Como siempre, hay que tener en cuenta que no se incluyen las piezas más normales, las que podéis consultar en cualquier catálogo. Con esto pongo fin, ahora sí, a las variantes de las monedas del Centenario. Luego habrá que ir comentando errores y variantes de otras épocas, pero bueno, con calma.

En una entrada anterior se explica una serie de pasos generales sobre cómo tasar monedas, y se prometió una entrada que indicase por qué las tasaciones deben cobrarse. Básicamente hay dos motivos para ello: es un trabajo, y como tal debe valorarse y remunerarse; debe suponer un compromiso, y nadie se compromete gratis.

Mareo – Iman Maleki

El primer punto parece bastante obvio: tasar bien unas monedas suele llevar bastante tiempo, sobre todo si son monedas antiguas y raras. Un buen tasador no debería decir «esto costará unos 500 euros», sino «una moneda del mismo tipo y semejante calidad fue vendida en X subasta, Y día por 527 euros; por ello, sería razonable pedir por ella entre 520 y 560 euros».

El segundo punto es el más difícil de explicar, pero es el más importante: una tasación debe poner en compromiso al tasador, de forma que no pueda dar un precio ni muy alto ni muy bajo. Para ello, lo típico es que el vendedor cobre un porcentaje acordado (suele ser un 4% o así) del precio total de la tasación, pero el cliente se reserva el derecho de que, una vez indicado el precio, el tasador le compra las monedas por un porcentaje menos del valor tasado (generalmente un 20%). De esta forma, si unas monedas se tasan por 1000 euros, el vendedor cobrará 40 o las comprará por 800; de esta forma no puede hinchar los precios (perdería dinero en caso de tener que comprarlas) ni podrá minusvalorar las piezas (perdería dinero en caso de no comprarlas). Es muy triste decirlo, pero sólo se tasan bien las propiedades cuando es nuestro dinero el que está en juego, algo que saben bien los subasteros profesionales (como quien tiene este blog).

Con todo esto, quiero indicar la idea de que si no os veis capaces de tasar vuestras propias monedas, id a alguien que las valore adecuadamente (pros y contras se discuten en este foro). Ya he visto algunos casos de gente que pierde bastante dinero (o buenas oportunidades de venta) por creerse que sus monedas valen el doble de lo que realmente cuestan, fiándose de un amigo que supuestamente sabía del tema.

El coleccionista de monedas tiene un perfil claro: es un hombre de mediana o avanzada edad. No es que quiera ser excluyente, pero es lo que hay. Mi experiencia me dice que ese colectivo abarca al menos el 80% de los aficionados y profesionales a la numismática. Por suerte yo no he entrado (todavía) en él. Sin embargo, la entrada de hoy va dirigida a un público totalmente opuesto: los niños.

Los niños son un público olvidado por dos motivos: no representan un mercado y tenemos la falsa creencia de que si coleccionan monedas es porque sus padres les obligan. Si bien el primer motivo es cierto, ya que los niños no manejan el suficiente dinero como para poderles vender muchas cosas, el segundo motivo no lo es, y yo mismo he tenido varias experiencias con niños a los que les han llamado la atención, por cuenta propia, las monedas.

Un día mi prima (la preciosa niña que se ve en el cuadro de Guzmán Capel en la imagen de arriba) vio que andaba con mi colección de monedas y me preguntó qué estaba haciendo. Cuando le dije que tenía una colección ella se puso a mi lado entusiasmada, creyendo que iba a sacar cromos o algo así. Por eso su primera reacción fue de desilusión, pero enseguida se le pasó, en cuanto vio que aquel álbum tenía monedas de hace más de 100 años, grandes, pequeñas y de diferentes metales. Le encantaron las monedas de plata (como a mí) y también las más antiguas. Luego le empecé a contar historias sobre los reyes que aparecían en las monedas: Felipe III, Felipe IV, Carlos III, Fernando VII, Isabel II, Alfonso XII, Alfonso XIII… y resulta que Alfonso XIII fue rey cuando era un bebé, ¿te imaginas? ¡era más pequeño que tú y ya era rey! ¿a que molaría ser reina?

Pero allí no acabó la cosa. Después saqué un puñado de monedas del mundo que tenía para vender, las puse encima de la mesa y empezamos a averiguar de qué país procedía cada moneda. Luego, con un mapa, descubrimos dónde estaba cada país. Francia e Italia ya los conocía, pero de Lituania, Yemen o Paraguay no había oído ni hablar. Ese día los dos lo pasamos muy bien y aprendimos un montón de cosas. Además, ella se ganó a pulso unas 20 ó 30 monedas que enseñó con orgullo a su madre.

Está claro que la numismática, al igual que muchas otras cosas, puede convertirse en una buen material para desarrollar una actividad de aprendizaje informal. Ya lo decía el gran Benito Pérez Galdós en la novela Miau, donde Ramón Villaamil regala a su nieto una colección de sellos y éste tiene un entusiasmo semejante al de mi prima con las monedas. Se ve que los niños del siglo XIX y los del siglo XXI no son tan diferentes.

A los niños les da igual si una moneda tiene una estrella u otra, o si es la variante tal o cual, pero representan pedacitos de historía que sirven de excusa para transportarles a lugares y tiempos lejanos. De hecho, hay múltiples museos que hacen visitas guiadas para niños o contienen material específico para explicar a los niños la historia de la numismática. Ejemplos: uno, dos, tres y cuatro.

Pero ¿y el que ellos se hagan su propia colección?

Tampoco hay ningún problema en ello, tal y como explica Jennifer Knight en su artículo Young numismatics. Es de sentido común que los niños no deben coleccionar monedas caras y que deben tomárselo como una diversión, al igual que coleccionarían cromos o pegatinas. Además, no es nada caro: cien monedas del mundo diferentes pueden costar unos diez euros, si cada fin de semana el niño recibe cinco monedas para clasificarlas y coleccionarlas, a los padres les sale más barato que una bolsa de pipas.

Pero no hay que engañarse, lo normal es que pasados unos meses o unos años lo acaben dejando, pero algo habrán aprendido y puede que cuando sean adultos lo retomen. De hecho, muy posiblemente yo nunca hubiera coleccionado monedas si no fuera porque «ayudaba» a mi padre a coleccionarlas cuando era pequeño.

Como ya se ha comentado, últimamente hay muchos aficionados a coleccionar errores numismáticos. Hay varias páginas dedicadas al coleccionismo de errores, entre ellas esta página de Benjamín Muñiz. Ya iremos desgranando en el blog los diferentes tipos de errores que nos podemos encontrar, todo con calma y tiempo, que si no nos atragantamos. Sin embargo, esta entrada está dedicada a errores que NO hay que coleccionar.

Un error es, por definición, una «cosa hecha erradamente»; vamos, que es algo en lo que ha habido una equivocación. Por lo tanto, no tiene sentido considerar como errores numismáticos piezas que hayan sido acuñadas mal a posta, ya que eso no deja de ser una estafa inmoral e ilegal.

Una estafa de este estilo a gran escala se produjo en España a finales de los años 70, cuando unos cuantos individuos que tenían acceso a los cuños de la FNMT imprimieron cientos de supuestos errores que poco a poco fueron introduciendo en el mercado, haciendo una práctica deacuñación ilegal de moneda y estafando a los coleccionistas de errores. Me consta que hay errores de diversos tipos:


Moneda perteneciente a la colección privada de

José Crispulo Villanueva Arjona «Villi», obtenida de bencoins

– Acuñaciones de pesetas, duros, cinco duros, cincuenta pesetas y cien pesetas en plata.
– Acuñaciones de pesetas, duros, cinco duros, cincuenta pesetas y cien pesetas en oro.
– Acuñaciones de pesetas, duros, cinco duros, cincuenta pesetas y cien pesetas en cobre.
– Acuñaciones confundiendo el metal, acuñando en cuproníquel lo que es de aluminio o vicerversa.
– Acuñaciones de monedas confundiendo el cospel. De forma que se acuña una moneda de cien pesetas en un cospel de una de veinticinco o una de cinco duros en una de duro, como la imagen de arriba.
– Acuñaciones bimetálicas.
– Acuñaciones con el anverso de un facial y el reverso de otro.
– Acuñaciones emparejando un cuño del rey y un cuño de Franco.
– Acuñaciones sobre piezas de monedas de Franco, es decir, usando monedas de peseta, duro o cien pesetas como cospel.
– Acuñaciones sobre piezas de Alfonso XII y Alfonso XII, sobre todo monedas de cincuenta céntimos y de peseta.

No hay que tener muchas luces para ver que si una moneda es de oro o está acuñada sobre otra moneda de Alfonso XII eso no puede ser debido a un error fortuito. Por eso me parece que coleccionar o comerciar con este tipo de monedas es contribuir a la estafa; yo me niego rotundamente. No obstante, hay gente dispuesta a hacerlo y no es difícil encontrarse monedas de estas características en mercadillos o en subastas españolas. Mi opinión al repecto es que no debería estar permitido subastarlas por la procedencia ilegal de las piezas. Además, tal como indica Cayón en su catálogo, estos errores no tienen ningún valor numismático.

Me imagino que esta entrada os la estuviérais esperando. Y es que era obligatorio dedicar una a las variantes de las monedas de cobre del Centenario de la Peseta (ya tuvimos una entrada para las monedas de oro, otra para los duros de plata y otra para el resto de las piezas de plata). Así pues, sin más miramientos y sólo recordando que no se pretende que la lista esté completa y que tampoco se incluyen las piezas «normales», pues allá van todas las variantes de cobres que conozco:

1 CÉNTIMO

1870 prueba de anverso
1878 Prueba sin OM
1906 – SMV (6)

2 CÉNTIMOS

1878 Prueba sin OM
1904 – SMV (04) estrella al revés
1904 – SMV (04) cero de la estrella partido
1905 – SMV (04)
1911 – PCV (19)
1911 – PCV (10)

5 CÉNTIMOS

1870 doble panza del león
1877 oreja rayada
1878 oreja rayada

10 CÉNTIMOS

1869
1877 Prueba sin OM
1877 oreja rayada
1878 Prueba sin OM
1878 oreja rayada

Esta entrada ha sido más corta, se ve que las variantes de cobres no son tantas, aunque algunas de ellas son muy escasas y muy cotizadas. No obstante, lo interesante de los cobres suelen ser los errores, que los hay y muchos. Además, también hay grabados políticos muy curiosos que se hicieron en los últimos años que circularon. La pena es que como esos grabados son tan fáciles de falsificar el asunto pierde gracia porque es muy difícil saber si la marca se hizo hace 80 años o hace una semana. Para saber más sobre ese tema, pulsad en la imagen.

Enrique fue en el año 2000 a París en un viaje familiar. Allí vio varias máquina donde por 1 franco te daban una bolita con una «moneda parisina» dentro. Aunque no valiesen para mucho, le hicieron gracia y compró un par de monedas de cada tipo que vio, en total seis monedas.

Las guardó en casa y seis años después, sin haber hecho más que coger polvo en el fondo de un cajón, decidió ponerlas en eBay por ver si alguien le daba algo por ellas. Estuvo buscando esas monedas en el eBay de Francia y vio que había cierto coleccionismo de esas monedas, incluso tenían una categoría dedicada, pero no vio en venta las monedas que él tenía, por lo que era difícil estimar su valor, aunque viendo el precio que alcanzaban el resto de las piezas de esa colección, tampoco es que fuesen a valer mucho.

Al final se decidió a poner un juego de tres monedas en venta, con un precio de salida de 1,99 euros. Eso ya era más de lo que él había pagado por las monedas y, si realmente su precio era mayor, habría gente interesada en ellas y el precio subiría. A los dos días se pone un francés en contacto con Enrique para decirle que si tenía más monedas de este tipo y al decir Enrique que tenía otras tres iguales, el francés le ofreció ocho euros por todas.

A Enrique ocho euros no le parecía mal, pero como no estaba seguro le dijo que mejor siguiese la subasta en eBay y en caso de que ese fracés fuera el ganador, se comprometía a venderle las otras tres monedas por el mismo precio que el final de la subasta. Enrique acertó. Cuál es su sorpresa cuando ve que el francés había ganado la subasta… ¡¡por 48 euros!! ¡¡12 veces más de lo que le había ofrecido!!

Enrique, muy gustoso, se puso de nuevo en contacto con el francés y le dijo que si quería las seis monedas tenía que pagar 96 euros más portes. Y entonces es cuando el francés tuvo la caradura de hacerse el tonto diciendo que él pensaba que esos 48 euros era el valor de las seis y que de haberlo sabido no hubiera pujado tanto. Enrique le dijo que si él no hubiera pujado, otro se lo hubiera llevado, así que si las quería que pagase 96 euros. Así que el francés intentó otra estrategia de timo, que es dar pena, diciendo que el quería hacer una colección para sus tres hijos y que no tenía mucho dinero porque su mujer no trabajaba. ¡Menuda jeta! Primero te intentan timar y luego te quieren dar pena para volver a timarte. Enrique no accedió, porque estaba claro que el francés no quería las piezas más que para revenderlas. Así pues, al final pagó 100 euros por ellas, incluyendo los portes.

Hoy es 1 de diciembre, San Eloy, patrón de los plateros, los orfebres, los herreros, los joyeros… ¿y los numismáticos? Pues parece ser que no, que los numismáticos no tenemos patrón, aunque hay quien piensa que deberíamos tenerlo y que debe ser San Eloy. ¡Qué cosas!

Según cuenta Silectes aquí la Asociación Numismática Avilesina (no tiene página web, por eso no la pongo) ha pedido a las altas esferas de la Iglesia Católica que reconozca oficialmente a San Eloy como patrón de los numismáticos. Mientras tanto, y por no esperar de brazos cruzados a que tan fascinante acontecimiento ocurra, ellos celebran con una convención el día de su santo patrón.

Ya que estábamos, me he informado un poquillo quién era ese tal «San Eloy«, y me he llevado la desilusión de que es uno de tantos santos medievales, aunque en este caso parece que hay evidencias de que realmente existió (es típico que los santos de principios de la Edad Media proveniesen de fábulas y cuentos populares). El caso es que el bueno de San Eloy era un orfebre al que el rey Clotario II le mandó hacer un trono, y como lo hizo tan bien, en vez de uno sacó dos con ese mismo material. El rey vio que el muchacho valía y que era honrado y le puso a acuñar moneda (cita). He estado buscando alguna moneda acuñada por San Eloy, porque según se dice aquí y aquí todavía deben existir y se conocen trece variedades. Sin embargo, no he encontrado ninguna foto ni detalles más concretos. Después, como corresponde a todo buen santo patrón, pasó por el mundo haciendo milagros, tanto cuando estaba vivo como después de palmarla.

Esos milagros siempre son fábulas y cuentos, así que para mí no tienen mayor valor que el meramente folclórico o, algunos de ellos, como metáforas para profundizar en la fe, pero eso es otra cuestión. Más interesante es ver a los santos como motivos artísticos. En este caso he ilustrado la entrada con un par de cuadros del Museo Nacional del Prado. El primero se trata de San Eloy ante el rey Clotario, pintado por Taddeo Gaddi en 1365. El segundo es de la misma época (no se conoce fecha exacta), de un pintor anónimo y representa a San Eloy en el taller de orfebrería.

Y para despedirnos, nada mejor que una oración a San Eloy propuesta por Dr. Carlos Abel Amaya Guerra en «La Biblia a través de sus monedas»:

Señor Dios, tú que creaste todas las cosas para nuestro provecho
y alentaste a Noé para que fuera el primer coleccionista
ayudándote así a salvar y glorificar parte de tu creación;
haz de nuestra colección numismática un instrumento
para preservar y admirar el trabajo del hombre,
la inspiración del artista y la belleza de los materiales que creaste.
Danos la sabiduría y la paciencia para compartir lo poco que sabemos,
la sensibilidad del buen samaritano para ayudar al que lo necesite
y la sagacidad del administrador para invertir en el tesoro verdadero.
Ayúdanos a vencer nuestra avaricia con la generosidad de la viuda pobre
para entregar hasta nuestras dos últimas monedas; y así, libres,
esforzarnos en encontrar la dracma de tu voluntad.
No permitas que te traicionemos por algunas monedas, antes bien, haz;
que al igual que tu siervo San Eligio, dupliquemos los talentos
que nos distes para gozosos recibir el denario de tu justicia.
Preserva nuestra colección para las futuras generaciones;
al igual que nuestra alma, cúbrela con la patina de tu protección
y enséñanos el camino al lugar donde ni el ladrón llega ni el moho corroe.
Amén.

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