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No es la primera vez que aparece eBay en el blog, y casi seguro que no va a ser la última. Ya he comentado que eBay es simple y llanamente un medio de comunicación, una plataforma en la que se ponen en contacto  compradores y vendedores. Pero es una plataforma un tanto especial, porque cualquiera puede comprar y vender como si de un mercadillo se tratase; es decir, no hay nadie que garantice la honradez del vendedor ni que homogenice criterios, como ocurre con las casas de subastas. Además, a diferencia de los mercadillos, la comunicación es asíncrona y por vía telemática, con lo cual muchas veces no se sabe quién está al otro lado y muy posiblemente no se pueda reclamar en caso de que el comprador no pague o que el vendedor no proporcione lo prometido.

Estas características hacen de eBay un estupendo caldo de cultivo para cholleros, listos y tima-novatos. Así que, junto a unos cuantos vendedores serios, en eBay conviven cientos de chatarreros que intentan engañar de mil maneras diferentes y muchas veces de forma absolutamente descarada. Lo malo es que mucha gente (como éste) cuando empieza se cree que por haber seguido 200 anuncios de denarios en eBay ya es un entendido en denarios, sin saber diferenciar cuáles son falsos. Esos son los «hijos de la numismática ebayera» y son carne de cañón para todo tipo de timos porque creen que saben y no tienen ni idea.

Yo los divido en dos tipos: los novicios y los «ebayeros crónicos». Los novicios son coleccionistas que hay que cuidar. Son aquellos que están empezando y que ven en eBay una primera ventana al coleccionismo numismático. La verdad es que me fastidia mucho cuando timan a alguien así, porque se están aprovechando de ellos y posiblemente éstos cojan manía y dejan la afición. En buena medida este blog está dedicado a quienes empiezan, y no hay ningún mail que me guste más que cuando algún novicio me dice que le sirve de mucha ayuda el blog. Más de uno me ha dicho que le he salvado de algún palo.

Ahora bien, los «ebayeros crónicos» y los «cholleros varios» que no se vengan quejando. Estos son personajillos que lo que buscan son cholletes en todas partes, como si los demás fuésemos tan tontos de venderles monedas por la cuarta parte de lo que cuestan. Encima van de listos y cuentan a los vendedores serios que ese denario que tienen vendiendo por 100 euros él lo ha comprado por eBay a 40. Y que esa peseta de 1947*51 él la tiene sin circular por 30 euros. ¿Pero en qué cabeza cabe que vaya a ser más listo que todos los comerciantes profesionales de España? ¿Acaso es tan especial de conseguir los chollos que los profesionales no encuentran?

Lo peor es que encima presumen de ser inteligentes y generan cantos de sirena que convencen a otros novicios. Pero son tan ignorantes que presumen incluso con profesionales. Mirad lo que escribió Luis:

 Por último está el interesado pero que notas que no te va a comprar por diversos motivos aunque el más común es que “él todo lo que tú vendes a x lo compra en x/2 en ebay”[…] Éste no valora ni valor añadido, ni trato amable ni flores. Es el más macho y el que mejor compra en ebay. Yo, que ya tengo práctica, los cazo enseguida y desde luego no les trato mal (esto nunca se le debe hacer a nadie) pero les doy el trato justo y necesario, no proporcionándoles, desde luego, nada de información valiosa: ésa que se la pidan a sus “proveedores” de ebay.

Con esto no quiero decir que no esté bien comprar en eBay, ni tampoco que no lo aconseje. eBay es un medio de comunicación, lo que importa es quién te está vendiendo la moneda, no cómo te comuniques con él.  Yo compro en eBay y generalmente lo hago a vendedores que conozco previamente y con quienes confiaría lo suficiente como para transferirles 5.000 euros sin miedo a que no me llegue la mercancía. Pero con esos no hay chollos; si les compro un duro en EBC tengo que estar dispuesto a pagar lo que vale, no me lo quiero sacar por lo que cuesta en MBC.

Y es que justamente ahí está la razón última por la que  en eBay todo es más barato: porque muchos no venden lo que anuncian. Además lo hacen de forma muy descarada. En moneda antigua muchas veces venden piezas falsas que se ven clarísimamente que son falsas (como las de esta entrada). Si alguien puja por esos bodrios es porque no tiene ni idea, entonces no se va a dar cuenta de que es un bodrio aunque tenga la moneda en la mano.

En moneda contemporánea pasa algo parecido, pero aquí se juega con la graduación de las monedas (algo semejante al crack-out game, pero más descarado).  Os pongo un par de ejemplos que he visto sin más que haciendo una búsqueda en eBay, podríais encontrar decenas si navegáis unos minutos.

Este duro lo considera el vendedor EBC+. Es un duro majo, pero para llegar a EBC+ le queda un rato. De hecho, yo diría que su precio sería unas 15-20 veces menos que un EBC+ de verdad. Entonces viene el ebayero de turno y como no sabe diferenciar lo que es un EBC+ (lo cual no es nada fácil) pues puja 200 euros por él y se cree que se ha comprado un duro de 1870 en EBC+. Lo peor es que luego se piensa que es más listo que el que ha pujado 1200 euros por un duro en EBC+ en una casa de subastas seria.

Otro ejemplo es esta otra peseta, en la que el vendedor no se molesta ni en poner una foto de la pieza. Simplemente pone esa foto de la cápsula e indica la siguiente descripción:

1 PESETA!! AÑO: 1947 *19*51!!! FRANCO!! PRECIOSA!! S/C-, ES DECIR, SIN CIRCULAR-!! RARÍSIMA EN ESTE ESTADO!!!!! UNA PIEZA IMPRESCINDIBLE!!! VA ACOMPAÑADO POR UN CERTIFICADO NUMISMÁTICO DE PERITAJE RECONOCIDO A NIVEL INTERNACIONAL DENOMINADO: «NATIONAL NUMISMÁTIC CERTIFICATION»!!! LA CALIDAD VIENE SEÑALADA EN INGLÉS MEDIANTE LAS SIGLAS «AU» (ALMOST or ABOUT UNCIRCULATED), QUE SIGNIFICA SC-!! NÚMERO DE SERIE DEL CERTIFICADO: 1283574
VA EN UNA CAJA HERMÉTICA con el fin de facilitar su conservación.

Aquí el engaño es doble y el que no se dé cuenta es porque es muy novato. Por una parte, hay que comprar la moneda, no el soporte. Por otra parte, un AU50 es en el mejor de los casos un EBC-, y eso puede suponer una diferencia de precio enorme en estas pesetas.

Me imagino que a día de hoy toda persona que haya abierto alguna vez un navegador conozca eBay, empresa de la que ya se ha hablado alguna vez en el blog. En mi humilde opinión, cuando apareció fue un pepinazo y fue capaz de adelantarse varios años a lo que se vino a llamar la Web 2.0, gracias a lo que no sólo se aprovechó cuando se formó la burbuja de las puntocom, sino que salió fortalezida una vez que la burbuja pinchó. Ahora bien, hoy en día creo que el diseño de la web es tal que no se permiten muchas funcionalidades interesantes, como podría ser la búsqueda semántica de objetos para comprar o una edición menos interactiva para la venta de objetos. En cualquier caso,  eBay ejerce el monopolio de facto en cuanto a punto de contacto vía Web para la venta entre particulares (con permiso de otras webs no tan minoritarias como Todo Colección), y saben aprovechar su poder para sacar la mayor tajada posible.

En pocas palabras, lo que eBay ofrece a los vendedores es la posibilidad de publicar un anuncio y que haya millones de clientes potenciales que vean y pujen por él. Por ello les cobra un precio por poner el anuncio (que depende del precio de salida del mismo) y un 5% del precio de adjudicación del mismo, si es que se vende. A los compradores simplemente les ofrece un lugar en el que encontrar millones de productos que venden tanto particulares como aficionados. No se les cobra nada de forma directa por comprar artículos y se les dice que tienen cierta protección y no sé qué otras pamplinas. Nada de eso es cierto por norma general, y es normal.

Ya centrándonos en el tema de la numismática es evidente que eBay no va a andar pensando en qué monedas son buenas y qué monedas son falsas, o qué vendedores son de fiar y cuáles son unos estafadores. Por eso cobran un 5% del precio de venta, y no un 25% como en el caso de las casas de subastas. Es decir, que no se da ninguna garantía sobre el producto más allá de la que dé el propio vendedor, y en general (aunque se diga lo contrario), tampoco se da garantía de que se vaya a recibir la moneda que se paga; toca al comprador tomar la responsabilidad de discernir entre los vendedores buenos y malos para no verse atracado por uno de éstos.

Realmente, hay una manera de hacer que eBay quite un anuncio de la venta, y no es quejarse en los foros de eBay, que no lee casi nadie. Lo que hay que hacer es  presentar a eBay una prueba documental que pueda ser aportada por ellos en un juicio en caso de que quien ha visto eliminado su anuncio les denuncie. En otras palabras, se debe pagar a un profesional de reconocido prestigio para que haga un informe pericial en el que se diga que una moneda es falsa, y tome responsabilidad sobre su afirmación. Evidentemente, esto no lo hará nadie sólo para evitar que otro comprador se vea estafado, así pues, es cuestión de cada uno el no salir escaldado.

Visto todo esto, parece bastante evidente que eBay en el fondo no es más que un sitio web en el que se ponen en contacto compradores y vendedores. Así pues, eBay no vende más que eso: contactos, y eso no es poco vender. Claro que también hay que ser espabilados y sacar el mayor provecho posible de los contactos realizados: por ejemplo es una práctica común, y que yo hago siempre, que una vez que un comprador gana una puja se le mande un correo para ofrecerle más monedas para ventas o intercambios. De esta manera se pueden aprovechar mejor los gastos de envío y se pueden intercambiar más monedas sin tener que pagar ni un duro a eBay ni a ninguna otra empresa.

Y si el contacto funciona ¿por qué no seguir manteniéndolo? La inmensa mayoría de los tratos que he hecho a través de eBay han sido satisfactorios, y muchas veces he repetido en un futuro con esas personas, llegando a acuerdos de compra-venta privados. De hecho, ahora mismo cuando adquiero piezas nuevas se las ofrezco a varios antes de ponerlas en eBay, lo cual es casi la última opción. Del mismo modo, hay gente que cuando ve que una moneda la tengo en eBay y le gusta, me manda un correo para ver si llegamos a un precio de venta privada y en tal caso quito la moneda de la venta. Evidentemente no lo hago si la moneda ya tiene pujas. Y también está claro que no siempre llegamos a un acuerdo, como en este caso.

Así pues, queda visto que hay que sacar provecho a los contactos que se hagan por eBay. A pesar de ello, hay gente que prefiere comprarlo todo por eBay a pesar de que salga más caro. Es decir, que si tienes una moneda por 50 euros en eBay y le mandas un correo ofreciéndosela por 47 euros, prefiere pagar 50 y hacerlo a través de esa web. No entiendo muy bien el por qué, pero ya me he encontrado algunos así; la única razón que se me ocurre es que les gusta que después les votes y aumenten su puntuación, aunque eso no deja de ser un juego de niños.

Las imágenes están sacadas de la subasta de Hess Divo del pasado 28 de octubre. Se tratan de monedas de oro medievales francesas: 1 Masse d’or de Felipe IV,   1 ecu d’or à la chaisse de Felipe VI, 1 franc à cheval de Juan el Bueno y un franc à pied de Carlos V.

Voy a comentar en el blog un pequeño truco que me han preguntado varios al ver mis anuncios en eBay. Es un pequeño y simple truquito que puede ahorrar unos euros a los vendedores de eBay. Recuerdo que hace tiempo vi a un tipo que explicaba esto por el módico precio de un euro; veo absurdo cobrar por información como ésta, que seguro que muchos de los lectores del blog ya sabéis.

Muchas veces pongo anuncios de monedas en los que me gustaría incluir varias imágenes, por ejemplo para mostrar el anverso y el reverso de la pieza o para detallar las diferentes monedas de un lote. Se permite subir hasta doce imágenes por anuncio, pero sólo la primera es gratuita, las demás cuestan 5 céntimos cada una. La idea es ser capaz de poner imágenes en el anuncio sin tener que pagar a eBay esos 5 céntimos. El precio por imagen no es que sean mucho dinero, pero si los multiplicamos por dos imágenes cada lote y los lotes que vendamos, podemos ahorrar un par de euros todas las semanas… ¡ya da para una caña!

El truco está en que en los anuncios de eBay se puede escribir la descripción utilizando código HTML (que viene a ser algo así como el «lenguaje en el que están escritas las páginas web»).  Para ello en el recuadro donde se especifica la descripción del artículo se debe seleccionar la pestaña HTML, como se muestra en la imagen de abajo.

Por lo tanto, si en vez de escribir la descripción en modo texto la escribimos en modo HMTL, se pueden incluir directamente imágenes, marquesinas, gif animados… pero claro, para eso hay que saber HTML, que no es que sea algo del otro mundo, pero hay que tener cierta idea. De todas formas para poner una imagen no hace falta saber más que una sentencia, que es la que permite incluir imágenes:

<img src=»AQUÍ_VA_LA_URL_DE_LA_IMAGEN»>

Y ya está, incluyendo ese código en nuestro anuncio aparecerá la imagen definida por la URL en cuestión. Por ejemplo, con el texto que se muestra en la figura superior aparecería el banner de este blog en el anuncio de eBay.

Eso sí, la imagen puede aparecer demasiado grande, por lo que hay veces que hay que reducir el tamaño, para lo cual se escribe esta otra sentencia en lugar de la anterior:

<img src=»AQUÍ_VA_LA_URL_DE_LA_IMAGEN» width=»200″ height=»250″>

En el ejemplo de esta segunda sentencia la imagen tendría un ancho de 200 píxeles y un alto de 250. Se puede jugar con los números para que la imagen tenga el tamaño adecuado.

Con esto ya  está todo dicho, pero por si acaso alguien se lía a la hora de subir la imagen o de obtener su URL, vamos a repasar todos los pasos a seguir desde que se tiene una imagen en el disco duro hasta que se tiene en el anuncio de eBay:

1.- SUBIR LA IMAGEN. Para ello hay muchos servicios, los más famosos son Picasa, Flickr o ImageShack. Subir fotos en esos servicios es muy sencillo, así que no voy a entretenerme en ello. No obstante, he aquí un tutorial para subir imágenes a ImageShack, y otro para hacer lo propio en Picasa.

2.- OBTENER LA URL DE LA IMAGEN. Es tan sencillo como pulsar sobre la imagen que quieras incluir con el botón derecho y dar «Copiar dirección de la imagen» (en caso de usar el navegador Opera) o dar a «Copiar ruta de la imagen» (en caso de usar el navegador Firefox). Para otros navegadores supongo que sea parecido.

3.- ESCRIBIR LA SENTENCIA ANTERIOR EN LA DESCRIPCIÓN DEL ANUNCIO. Para ello se cambia  el texto AQUÍ_VA_LA_URL_DE_LA_IMAGEN por la URL que tenemos en el portapapeles.

Llevaba un tiempo dando vueltas a escribir una entrada dedicada a la adopción (o mejor, la falta de adopción) de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en las empresas numismática, y el comentario de Pedro, junto con el siguiente debate en este hilo me ha animado a hacerlo pronto. Como va a dar para bastante, y para no cansar en exceso, lo dividiré en dos entradas. La de hoy la dedico a echar un vistazo a las características de la numismática y cómo algunos empresarios utilizan las TIC en este mundo. Evidentemente, mis comentarios hay que tomarlos con cuidado: esto no es más que una pequeña reflexión, no es un plan de empresa ni mucho menos. Un estudio serio sobre la materia supondrían meses de trabajo dedicado.

Lo primero que hay que decir, y en eso me imagino que estemos todos de acuerdo, es que la Web ha cambiado el mundo y lo seguirá cambiando en los próximos años. Miles de kilómetros, que hasta hace poco eran una distancia insalvable ahora están a distancia de un gesto con la mano; es posible comunicarse con millones de personas en todo el mundo; es posible acceder a tal cantidad de información que no podemos absorber ni la millonésima de la millonésima parte; es posible publicar información de forma gratuita y que te lean cientos de usuarios a diario…

Pero la Web no sólo ha supuesto un cambio tecnológico, sino también un cambio cultural sin precedentes. Hay gente, como yo, que usamos los ordenadores para trabajar y para el ocio, de forma que entre una cosa y otra pasamos tanto tiempo delante de una pantalla como fuera de ella. Somos una generación para la que comunicarnos a través de Internet es tan natural como hacerlo cara a cara; sin ir más lejos, muchísimas veces mando un correo electrónico para dar un recado a gente que veo a diario.

Todos estos cambios tecnológicos y culturales dan lugar a cambios en los modelos de negocio que ya han conseguido transformar totalmente y de manera irreversible muchas industrias. El mejor ejemplo y el más cercano es la industria discográfica, y otra que se transformará radicalmente en los próximos años es la comercialización de libros, gracias a los libros electrónicos (por mucho que el Ministerio de Cultura se empeñe en poner puertas al campo). También han aparecido empresas radicalmente nuevas, que no eran imaginables hace pocas décadas y que han supuesto beneficios para unos y pérdidas para otros de auténticas millonadas: eBay, Facebook, Terra, Google, WordPress

Pero esto no significa que adoptar las TIC en una empresa sea una cuestión sencilla. No hace falta más que hacer una pequeña búsqueda para darse cuenta de la cantidad de barreras que hay para introducir las TIC en las PYMES. Como la inmensa mayoría de las empresas numismáticas son PYMES, o incluso microPYMES,  pues conseguir que se adapten a las TIC no se hace en una tarde.

Pero, a todo esto ¿Es realmente conveniente que las numismáticas utilicen las TIC? ¿tiene sentido un cambio en el modelo de negocio? ¿es más lo que se gana que lo que se pierde? Pues mi opinión es que sí, pero la opinión de otros es que no. A ver si entre esta entrada y la siguiente sacamos suficiente discusión como para llegar a alguna conclusión.

Lo primero que hay que hacer es diferenciar entre las numismáticas. A groso modo las dividiría en dos, dependiendo de los clientes en los que se centra: en el primer grupo estarían las numismáticas que venden moneda actual (euros, conmemorativas, países extranjeros) a precio de catálogo a pequeños coleccionistas; en el segundo grupo entrarían las que se dedican a la venta de moneda antigua a coleccionistas más avanzados. Evidentemente, el perfil de cliente al que acceden es totalmente diferente y eso hace que sus empresas difieran muchísimo.

Mi opinión es que las numismáticas que entran en el primer grupo van a desaparecer de las calles casi en su totalidad. Se dedican a vender a gente que no conoce el mercado, ni accede a la Web para conocerlo, y hacen pequeñas compras. También dan de vez en cuando el palo a algún cliente incauto. Este modelo de negocio está abocado a la extinción porque ¿qué ventaja tiene para el cliente comprar una moneda conmemorativa en la numismática del barrio en vez de comprarla a mitad de precio en una Web? Creo que esta cuestión está clara, pero lo interesante son aquéllos numismáticos que venden moneda antigua, la cual no es tan fácilmente comparable.

Los numismáticos que venden moneda antigua son gente que conoce muy bien el mercado y conoce muy bien a los clientes. Sabe qué quiere cada uno y sabe cuánto está dispuesto a pagar, así que sacará de cada uno lo máximo que pueda. La venta es totalmente personalizada, el trato también y el comportamiento también. No es lo mismo que les vaya un joven que cobra unos mil euros y está empezando una colección de duros de plata que si va un cliente de toda la vida que tiene bastante dinero y cuenta con una buena colección de sestercios. A cada uno habrá que hablarle y aconsejarle de una manera, y siempre en beneficio del numismático.

Hay algunos numismáticos de este estilo que directamente no quieren saber nada de la Web, y te dicen hasta con cierto orgullo que ellos no trabajan por Internet pero que van a muchas convenciones. Yo realmente me quedo sorprendido con este tipo de comentarios, es como si un general de la Segunda Guerra Mundial hubiera armado con mosquetes a sus tropas porque no le gustan las nuevas tecnologías. De hecho, visitar la web de la Asociación Española de Numismáticos Profesionales (AENP) es desolador, tanto por la web en sí como si se ve la lista de numismáticos y se descubre que muchos de ellos ni siquiera tienen correo electrónico. ¡Madre mía! En cualquier caso, todo hay que decirlo, hay muchos numismáticos que se han apuntado a vender por eBay, si bien suelen poner ahí sus piezas más baratas por motivos que ya se han comentado. También algunos tienen una página web, como ésta o ésta, pero se pasan meses sin actualizarlas por lo que supongo que mucha importancia no les darán.

En otras palabras, se puede ver que hoy en día hay numismáticos que no  hacen uso para nada de la Web en sus negocios y otros que, aunque sí lo hacen, no es algo nuclear en su empresa, sino un medio de comunicación más. Una más que digna excepción es Pulifil, donde se mantiene un blog que se actualiza cada poco y de esa forma se atrae a posibles compradores, digo yo.

Las imágenes que ilustran la entrada son todas macedonias y están tomadas de la subasta de Helios Numismatik del próximo 25 de junio. Se tratan de un estátero de oro de Philipo II,  un tetradragma de Philipo II, un tetradragma de Alejandro III y un estátero de oro de Alejandro III. Salen por 4500, 3000, 600 y 1500 euros respectivamente, por si alguien se anima…

Supongo que todo el mundo conozcamos eBay la famosa y existosa web de compra/venta entre particulares y alguna empresa que por ahí pulula. Casi todos seguro que también hemos tenido alguna buena experiencia con la web y, quizá, alguna mala. En esta entrada me limito a mostrar algunas reflexiones de mi experiencia personal con las compras en eBay, y de la metodología que sigo para intentar no verme engañado.

Lo primero que hay que tener en cuenta, y esto es lo más importante, es que eBay es simplemente una plataforma para la compra/venta, no se proporciona ningún valor añadido de calidad ni de selección de piezas ni de nada. Por mucho que en sus anuncios se diga lo contrario, si se lee con detenimiento los términos de seguridad de eBay se puede observar que comprador y vendedor están indefensos. Además, en eBay hay muchísimos coleccionistas principiantes. Lo normal es que según pasa el tiempo y la calidad de la colección aumenta, el coleccionista siga mirando de reojo a eBay, pero adquiera piezas fundamentalmente de vendedores profesionales o de casas de subastas.

Esto hace que haya gente que venda piezas falsas, trucadas o limpiadas a manos llenas, teniendo muchas veces la estrategia de poner una foto de una moneda donde se aprecia claramente que es falsa, de forma que si alguien la compra, está claro que es muy principiante y no se va a enterar ni aún cuando la tenga en mano. De hecho, hay vendedores con miles de votos y un 99,8% de votos positivos que venden fundamentalmente moneda falsa o trucada (aquí se listan algunos).

Evidentemente, esto genera muchísima desconfianza y hace que las pujas sean bajas porque siempre está el miedo de que te la pueden meter doblada. Claro, que estas pujas bajas son tanto para las monedas falsas como para las auténticas, así que muchos vendedores honrados sacan muy poco dinero vendiendo piezas buenas en eBay. Ese es el motivo de que las buenas monedas brillen por su ausencia. (Más sobre este tema)

Otra cuestión es que la catalogación de las monedas muchas veces es de coña marinera, poniendo como SC- piezas que se podrían dejar en MBC+. Lo malo es que muchos compradores principiantes se fían mucho de la valoración del vendedor y apenas miran la moneda, por lo que hay vendedores serios que tienen que sobre-evaluar sus monedas para que sean valoradas de forma justa. De hecho, una vez compré una moneda a través de eBay a un vendedor profesional con el que ya había hecho varios tratos y cuando vi la moneda le dije: «Pero esta no está sin circular» y la respuesta fue: «Bueno, ya sabes cómo son los sin circular de eBay, esta pieza no está nada mal». Realmente no estaba mal, ¡pero yo la quería sin circular!

Todo esto genera un ambiente raro que tiene algunas consecuencias. Una de ellas es que los coleccionistas principiantes se quedan con una imagen muy falsa del mercado, creyendo que las monedas valen mucho menos de lo que realmente cuestan. Aquí se indica que al estar acostumbrados a comprar supuestos sestercios de Nerón en calidad MBC+, algunos coleccionistas principiantes se creen que ese es su precio, y que les intentas engañar si les pides 140 euros por ellos. Así pues, se los comprarán básicamente a quienes se los vendan a 50 euros, siendo falsos casi seguro. Pero otra consecuencia es que en eBay se genera un río revuelto en el que puede haber ganancia de pescadores, puesto que hay veces (pocas) que aparecen monedas buenas y un comprador avispado las puede cazar a buen precio. Pero claro, hay más de un comprador avispado, así que el precio al final no suele ser de ganga.

En cualquier caso, antes de comprar nada en ebay yo daría los siguientes consejos:

– Lee bien y con detenimiento todo el anuncio, no vaya a ser que haya truco.

– Intenta comprar a vendedores que ya conozcas y con los que hayas tenido buenas experiencias. Repetir reduce el riesgo (pero no lo elimina).

– Valora tú mismo la moneda analizando en detalle la foto.

– Mira las otras piezas del vendedor, si vende alguna que te parezca falsa, mala señal, el tipo no es de fiar.

– Mira las otras piezas del vendedor, si vende las monedas demasiado caras, malo, si las vende demasiado baratas, asegúrate de que no sean falsas.

– Lo normal es que un vendedor serio vaya a por un tipo de cliente determinado y sobre él construya su negocio. Si alguien sólo vende monedas baratas y de repente vende tres piezas de 300 euros cada una, eso es muy raro.

– Mira sus votos negativos y fíjate qué hace cuando hay algún problema.

– Si tienes dudas sobre la moneda pregúntale al vendedor si permitiría devolverla en caso de que consideres que es falsa o manipulada.

– Mira sus votos positivos y fíjate que no sean autopujas. Si tiene todas las estrellas llenas (5 de 5 en todas las estrellas), si tiene cientos de votos y los ha conseguido en una semana o si un alto porcentaje los recibe de usuarios con cero votos, mala señal, yo no me fío.

– No porque sea profesional será honrado. De hecho, todas mis malas experiencias (que no han sido tantas) fueron con vendedores profesionales.

– Si el vendedor vive en tu ciudad y permite la entrega en mano se reduce mucho el riesgo porque podrás ver la moneda antes de soltar el dinero. Claro que también te puedes encontrar con tipos raros.

– Si no estás seguro, no pujes.

– Si aún así te cuelan una moneda mala, ponte en contacto con él y coméntaselo. Pídele que te envíe una buena o que te devuelva el dinero (incluyendo los portes).

Las monedas que ilustran la entrada son piezas que he visto en venta en eBay y que considero más falsas que el alma de Judas. Hay gente que está recopilando algunas aquí.

PD: mil gracias a Isidro por el desinteresado y elegante diseño del banner. Se dio cuenta de que el que tenía una horrible y me hizo otro. Por si alguien no se había dado cuenta, soy un auténtico desastre en cuanto a capacidad artística, quizá por eso mismo me guste tanto el arte.

Cada vez que Enrique queda con alguien que ha conocido por Internet se echa a temblar, porque ya se ha topado con un montón de gente extraña. Uno de los más raros se lo topó en su propia ciudad al quedar con él para comprarle unas monedas.

Enrique compró un lote de monedas de plata por eBay a un tipo que no tenía ningún voto. Eso siempre es un riesgo, pero como resulta que vivía en su misma ciudad, Enrique podría quedar personalmente con él y comprarle las monedas en mano, de forma que si eran falsas se lo podría demostrar in-situ y no las compraría. Nada más verle, el hombre ya le dio mala impresión porque hablaba de una forma muy extraña, se definía como «vasco, muy vasco» (esto fuera del País Vasco) y llevaba un reloj de plástico con la bandera de España.

Fueron a casa del vasco, mientras le contaba que a él le gustaría vivir en Irún y cerca del mar, y que en esas tierras él estaba asqueado, pero que su mujer no accedía. Enrique flipaba de que le estuviera contando su vida y sus penas un tipo al que acababa de conocer. Llegaron a su casa y allí le enseña las monedas, que efectivamente eran de plata, y le indica su procedencia: un tío de su mujer acababa de morir y esas piezas estaban en su casa. «Lo siento», le dijo Enrique, a lo que respondió: «Nada, si era un tío más raro que la leche». A todo esto, resulta que en el salón tenían un marco de tamaño considerable con la foto del Ayatolá Jomeini. Enrique estaba alucinando.

Fuente de la foto:La guía 2000

Luego el vasco saca una bolsita de monedas y se las da a Enrique, diciéndole: «supongo que no valgan para nada, pero allí las tenía ese tío, te las puedes quedar». Enrique le dio las gracias y, ya quería salir de allí pitando, pero el hombre le dijo que se esperase y le sacó varios álbumes llenos de monedas de 10 céntimos de Franco circuladas. «¿Qué clase de subnormal colecciona esto?», añadió el vasco mientras se las entregaba. A todo esto, aparece la mujer con un hermano suyo, que venían de buscar una lápida para su tío. Empiezan a hablar y resulta que, al vasco y a su mujer, el viejo al que llamaban «subnormal» no sólo les había dejado unas monedas de plata, sino también una casa en un pueblo y un piso en Santander, algo por lo que el pobre hombre merecería un poquito más de respeto. Pero no: para el recién fallecido sólo había insultos porque debía estar enfermo y compraba y almacenaba cosas absurdas, «como cinco lectores de DVD, ¿¡A quién se le ocurre!?». Y un lector de DVD que dieron a Enrique, además de las monedas, los álbumes y unas botellas de licor.

Cundo pudo marcharse, Enrique se puso su pañuelo palestino a modo de bufanda y cuando le vio el vasco dijo: «¡ah! ¡eres pro-islamista!». ¡Madre mía!, esto ya era lo que le quedaba por oir a Enrique. Le dijo que no, y el vasco se quedó como triste, por lo que Enrique añadió que no tiene nada en contra del mundo del islam y que le resulta una cultura muy interesante, pero no por ello se considera pro-islamista. A ello que el vasco le coje por la muñeca, le vuelve a llevar al salón y le enseña el cuadro del Ayatolá Jomeini diciéndole: «mira, está dedicado«. Enrique alucinaba en colores y el vasco aprovechó para contarle que había estado en Irán durante la revolución islámica y lo mucho que apreciaba al ayatolá. «Tengo una caja con un montón de recuerdos de la revolución islámica, pero mi mujer no me deja ponerlos en casa, sólo puedo poner el póster de Jomeini«, concluyó.

Pues eso.

Comprar monedas caras sin verlas físicamente siempre entraña cierto riesgo, porque la valoración de la misma sólo podrá ser aproximada. Así pues, muchas veces nos vemos obligados a confiar en la valoración de quien nos vende la moneda, que muchas veces no dice toda la verdad (ya dijimos que todo el mundo miente), o valorar nosotros la pieza con la foto que se nos proporcione. Esta segunda opción también puede ser peligrosa, porque la foto puede estar hecha por el vendedor con la malicia suficiente como para ocultar ciertos detalles que reduzcan el valor de la pieza. Y no olvidemos que, cuando se habla de monedas caras, una pequeña variación en su calidad puede producir una gran importante variación en su precio.

Por eso, voy a dedicar esta entrada a la valoración de monedas a partir de imágenes. Para ello, me baso totalmente en est post que escribió el usuario bruceswar en el foro de Collector Society. Así pues, a partir de ahora, en esta entrada mi papel es poco más que el de un traductor.

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Fotografiar monedas es una de las cosas más difíciles, si no la más difícil a hacer en la numismática. Por cada 50 personas que saben valorar monedas, no hay más de 2 que hayan aprendido a fotografiarlas correctamente. Los que lo han intentado ya saben lo difícil que es hacer buenas fotografías. El problema es que muchos vendedores de eBay, u otros que venden por Internet, no tienen la paciencia de aprender a hacer buenas fotos. Lo mismo se puede decir de algunas casas de subastas que manejan mucho material y no tienen tiempo ni personal cualificado para hacer buenas fotografías.

Vamos a ver unas cuantas fotografías, todas ellas obtenidas de subastas de eBay:

Aquí se ve una imagen de una moneda en un contenedor NGC con una catalogación de sin circular. Pero al comprarla nos tenemos que fiar única y exclusivamente de la valoración de NGC porque ¿qué se puede decir de la moneda?. No se aprecia si tiene brillo, ni si tiene arañazos pequeños, ni golpecitos. Nótese que la valoración es MS-62, no MS-65. Al comprar esta moneda, estamos comprando la cápsula, no la pieza, lo cual es un error que se advierte hasta en las propias preguntas frecuentas de NGC. Desde luego no sería una buena compra, ni tampoco una compra barata.

En esta moneda se muestra que hay gran detalle, pero ¿y el brillo?. ¿Qué está pasando?. Esta moneda o bien ha sido limpiada, o no tiene brillo o tiene restos de brillo o es una combinación de los casos anteriores.

Esto parece un Morgan Dollar estupendo. Pero si leemos la descripción resulta que el vendedor indica que tiene 100 monedas como ésta y que se recibirá una en iguales condiciones. ¡Pero bueno!. Está claro que esa política ahorra mucho tiempo al vendedor, pero el comprador no sabe qué adquirirá. Compra a ciegas.

Esta moneda se ve estupenda: con muchísimo detalle, brillo y una tonalidad preciosa, se diría una moneda en Proof. Esta es la moneda que si la quieres, y tienes el dinero suficiente para pagarla, deberías comprarla. De todas formas, al comprar una moneda de semejante magnitud (su precio puede andar por los $ 6.000), hay que tener en cuenta que siempre hay cierto riesgo al valorar las monedas a través de fotografías.

Esta pieza estaba valorada por el vendedor como MS-65 (lo cual indica que tiene todo su brillo original), pero ¿dónde está el brillo?. Aquí no hay nada de brillo, a lo mucho podría ser un MS-62. Además, presenta ciertas marquitas que la harían desbancarse de las monedas sin circular. Desde luego no es una compra fiable.

Esta es una pieza fotografiada por el propio autor del artículo original, donde intenta mostrar todos los detalles y características de la misma.

Aprender a valorar monedas a través de sus fotografías no es nada sencillo y podría dar para un discurso de muchas horas. Hay tantísimos detallen en los que hay que fijarse para valorar bien una pieza y que una fotografía puede esconder que hace que muchas monedas parezcan muy buenas y luego no lo sean. Claro, que eso no sólo es malo para el comprador, sino también para el vendedor, porque los compradores tendrán incertidumbre y eso siempre hace que el precio baje.

Con todo, se podrían destacar unas pequeñas y simples reglas para valorar monedas a través de sus imágenes:

1. – Si la fotografía no es buena para poder juzgar la moneda, pasa de ella. Ya tendrás más ocasiones de hacerte con esa pieza. Esto no deja de ser otra forma de decir que Ante la duda, es preferible perder una buena compra que verte engañado.

2. – Si la moneda es lo suficientemente buena como para poder valorarla, que no te importe si está encapsulada o no. Esto no deja de ser otra forma de decir que compres la moneda, no la cápsula.

3. – Estate seguro de que en la moneda que cobres no hay arañazos, manchas, graffitis…

4. – Mira en mano tantas monedas como puedas.

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A esto añado que en el blog NumisNati Natalia nos habla de un libro dedicado a la fotografía numismática. Yo no lo he leído, pero suena muy interesante y no es caro. Pulsa en la imagen para ir a Amazon a por él.

Enrique fue en el año 2000 a París en un viaje familiar. Allí vio varias máquina donde por 1 franco te daban una bolita con una «moneda parisina» dentro. Aunque no valiesen para mucho, le hicieron gracia y compró un par de monedas de cada tipo que vio, en total seis monedas.

Las guardó en casa y seis años después, sin haber hecho más que coger polvo en el fondo de un cajón, decidió ponerlas en eBay por ver si alguien le daba algo por ellas. Estuvo buscando esas monedas en el eBay de Francia y vio que había cierto coleccionismo de esas monedas, incluso tenían una categoría dedicada, pero no vio en venta las monedas que él tenía, por lo que era difícil estimar su valor, aunque viendo el precio que alcanzaban el resto de las piezas de esa colección, tampoco es que fuesen a valer mucho.

Al final se decidió a poner un juego de tres monedas en venta, con un precio de salida de 1,99 euros. Eso ya era más de lo que él había pagado por las monedas y, si realmente su precio era mayor, habría gente interesada en ellas y el precio subiría. A los dos días se pone un francés en contacto con Enrique para decirle que si tenía más monedas de este tipo y al decir Enrique que tenía otras tres iguales, el francés le ofreció ocho euros por todas.

A Enrique ocho euros no le parecía mal, pero como no estaba seguro le dijo que mejor siguiese la subasta en eBay y en caso de que ese fracés fuera el ganador, se comprometía a venderle las otras tres monedas por el mismo precio que el final de la subasta. Enrique acertó. Cuál es su sorpresa cuando ve que el francés había ganado la subasta… ¡¡por 48 euros!! ¡¡12 veces más de lo que le había ofrecido!!

Enrique, muy gustoso, se puso de nuevo en contacto con el francés y le dijo que si quería las seis monedas tenía que pagar 96 euros más portes. Y entonces es cuando el francés tuvo la caradura de hacerse el tonto diciendo que él pensaba que esos 48 euros era el valor de las seis y que de haberlo sabido no hubiera pujado tanto. Enrique le dijo que si él no hubiera pujado, otro se lo hubiera llevado, así que si las quería que pagase 96 euros. Así que el francés intentó otra estrategia de timo, que es dar pena, diciendo que el quería hacer una colección para sus tres hijos y que no tenía mucho dinero porque su mujer no trabajaba. ¡Menuda jeta! Primero te intentan timar y luego te quieren dar pena para volver a timarte. Enrique no accedió, porque estaba claro que el francés no quería las piezas más que para revenderlas. Así pues, al final pagó 100 euros por ellas, incluyendo los portes.

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