Hace tiempo que tenía ganas de escribir una entrada dedicada a la necesidad de tener una buena bibliografía, y de tanto esperar Carlos se me ha adelantado con una muy buena reflexión en su blog. En cualquier caso, haré yo la mía propia, aunque recomiendo encarecidamente leer con calma la entrada de Carlos.
Hay un dicho entre los numismáticos anglosajones que dice «buy the book before the coin» (compra el libro antes que la moneda). Este dicho, que casi se considera un axioma, aparece desde en libro «Coin collecting for dummies», hasta foros más especializados y webs varias sobre numismática. Yo no lo consideré explícitamente como uno de los consejillos para principiantes porque creo que quedó bastante explícito que hay que conocer bien las monedas antes de comprarlas. En efecto, ese es el consejo que hay detrás del axioma.
Una de las diferencias fundamentales y evidentes entre un buen aficionado a la numismática y un principiante, es que el buen coleccionista conoce bien las monedas que compra: conoce sus fechas, sus cecas, los ensayadores, los detalles en los que hay que fijarse, el precio de mercado y cuánto debe pagar por ellas. Todo eso no se aprende en una tarde, y supone mucho tiempo de estudio de las piezas que se coleccionan. Los libros y manuales especializados pueden ser baratillos o pueden costar una pasta significativa, todo depende del tipo de colección que se haga. Así, el que simplemente coleccione euros no se tendrá que gastar mucho en catálogos, pero el que coleccione moneda medieval japonesa puede pasarse media vida consultando bibliografía. En general, cuanto más rara sea la colección que se haga, más difícil se hará encontrar bibliografía y más difícil será ordenar ésta. ¡¡Pero muchas veces es esa investigación la gracia de la colección!!
Encontrar datos sobre monedas raras puede suponer pasarse horas delante del ordenador, además de dominar un poquillo el inglés u otros idiomas. También suele ser complicado encontrar buenos compendios de monedas, puesto que como el público suele ser muy restringido la tirada suele ser pequeña y es raro que se re-editen. De hecho, las casas de subastas suelen subastar también catálogos que muchas veces alcanzan varios cientos de euros de precio. Esto supongo que a medio plazo mejore, una vez que se generalice el libro electrónico, el cual es muchísimo más barato de publicar puesto que no se necesita generar ni distribuir un soporte físico.
En cualquier caso, lo que debe quedar claro es que el tiempo y el dinero invertido en estudiar y comprar bibliografía no es tirado, puesto que ese conocimiento es necesario tanto para coleccionar como para invertir en numismática. Y creo que a un numismático nada le puede llenar más el orgullo que publicar su propio catálogo de monedas, fruto de décadas de investigación numismática por su cuenta.
Para ilustrar la entrada dejo unas cuentas monedas africanas, que todavía no había puesto ninguna. Se subastaron el día 27 de febrero de 2010 en Cayón. Se trata, por orden: 5 tallero 1891 (Eritrea), Piastre 1327 (Egipto), 1/8 birr. 1887 (Etiopía) y 500 dalasis 1977 (Gambia).
2 comentarios
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3 May 2010 a 9:45
Alex_lorca
Totalmente de acuerdo con el post. Hay que invertir en libros para conocer lo que se colecciona. A la larga te puede ahorrar un timo que otro y te condiciona la hora de qué monedas comprar, cuales no y cuanto pagar por ellas.
Un saludo
13 enero 2011 a 19:13
Coleccionar dependiendo de lo que se sabe « Blog numismático
[…] Imaginémonos que Enrique va a empezar una colección de monedas y cuenta para ello con unos 100 euros al mes (realmente da igual la cantidad, la argumentación sería la misma si fuesen 5 euros que si fuesen 2.000). Como a todo hijo de vecino le gustan los duros de plata, así que va a empezar por hacerse con una colección completa de duros de plata y si acaso algunas otras monedas de El Centenario de la Peseta. Ahora es cuando viene la decisión difícil: cuenta con 100 euros al mes, pero ¿es preferible comprar una moneda en EBC cada dos meses o mejor comprar una o dos monedas en MBC todas las semanas? (se entiende que ya tiene catálogos, que es donde debería gastarse sus primeros euros) […]