Saber tasar las monedas es para un numismático como dibujar a un pintor: una cualidad básica; por eso la tratamos con bastante detalle en el blog. Hoy voy a comentar en esta entrada los cuatro pasos básicos de una tasación. La idea es que queden claros para que después haya más entradas que detallen cada uno de ellos.

Así pues, para tasar una moneda hay que seguir los siguientes pasos:

Identificar la moneda. Obviamente es lo primero que se debe hacer, y para ello lo mejor es contar con una buena colección de catálogos especializados. Ya se ha comentado que los catálogos no son buenos consejeros para tasar las monedas, pero sí para identificarlas, sobre todo si son catálogos especializados, sobre los que ya se hablará. También es cierto que muchas de las monedas que no será necesario este paso para muchas de las monedas que caigan en nuestras manos, puesto que si conocemos el tipo de monedas deberíamos ser capaces de identificarlas a simple vista. Por cierto, en el foro de identificación numismática hay usuarios que de forma gratuita ofrecen sus conocimientos para identificar monedas (de ese foro está sacado el dirham almohade anonimo que ilustra esta entrada).

Comprobar errores. Una vez identificada, hay que observar bien la pieza para ver si presenta algún tipo de error o variante. De nuevo se pone de manifiesto que hay que conocerse las variantes numismáticas, así como tener buen ojo y experiencia en detectar errores de exceso de metal, cuños rotos u otros. Si son monedas antiguas también habrá que comprobar su peso y fijarse bien en los detalles para asegurarse de que la moneda no es falsa.

Valorar la moneda. Para mí ésta es la etapa más difícil, la más delicada y la más polémica. Hay que saber valorar bien una moneda para poder compararla con otras y determinar con certeza su calidad. No vale auto-engañarse, porque todos tendemos a sobreestimar nuestras monedas; hay que ser sinceros y fijarse bien en todos los detalles, puesto que tasar una moneda en EBC+ o en SC puede hacer que doble el precio. Por supuesto, también hay que tener en cuenta la calidad de acuñación, el que esté más o menos centrada (en caso de ser antigua), si ha sido o no limpiada, si ha estado colgada, si presenta manchas de óxido, si tiene brillo original, cómo está la pátina…

Creo que un buen ejercicio es ver las monedas que se subastan en Aureo & Calicó o en Marti Hervera y Soler y Llach e intentar determinar (sin haberlo visto antes) la calidad de las monedas. Claro está que no es lo mismo ver una imagen en grande que mirar una monedita con lupa, pero ya es una ayuda.

Poner precio a la moneda. Quizá este sea el paso más sencillo si se han hecho bien los anteriores. Para ello no hay más que encontrar una subasta en la que se haya vendido una moneda del mismo tipo de la que tenemos y con una calidad semejante. Para ello, de nuevo hay que tener una buena colección de catálogos de subastas (ya dijimos que no valen los catálogos que venden en las numismáticas) e irlos mirando hasta que encontremos la moneda que buscamos. Si no la encontramos se puede buscar una moneda semejante en cuanto a rareza (fiándonos delos catálogos convencionales) y de una calidad muy similar.

Otro buen ejercicio para este último paso es ver las monedas que se subastan en Aureo & Calicó o en Marti Hervera y Soler y Llach e intentar adivinar el precio en el que van a acabar.

Está claro que estos cuatro pasos no se hacen en cinco minutos, y además hay que entender del tema para hacerlos. Ese es uno de los motivos por los que, en mi opinión, no se deben tasar monedas gratuitamente; aunque explicar el por qué dará pie a otra entrada.