Por diversos motivos últimamente estoy viajando mucho a Ceuta, una ciudad pequeña pero con una enorme carga histórica. Una de las cosas que más me ha sorprendido de esa ciudad es que todo el mundo sabe que allí se acuñó moneda, algo que ignoran la mayoría de la gente de otras ciudades como Palencia, Valladolid, Jubia, Cuenca… pero en Ceuta se conoce, están orgullosos de ello y, es más, un regalo típico de la ciudad es una réplica de un ceitil ceutí. No obstante, lo que no saben la mayoría de los ceutíes es que además de ceitiles se acuñaron otras piezas. Vamos a ver si las repasamos.

Como todo el mundo sabe, Ceuta es una de las puertas del Mediterráneo y el paso natural entre África y la Península Ibérica, a través del Estrecho de Gibraltar. Dicho esto, no hace falta ser un lince para imaginarse que esa zona es militarmente muy importante y que muchos paises quisieran controlarla. En efecto, la situación es tal que españoles, británicos y marroquíes se reparten la soberanía del estrecho y cada cual reclama el territorio que no es suyo. Una fiesta diplomática que no es nada nueva; hace ya bastantes siglos que muchas potencias reclamaban el mando del estrecho, y lo reclamaban a la antigua usanza: a palos.

En efecto, Ceuta ha sido una ciudad muy disputada por moros y cristianos y un enclave estratégico desde donde comenzar una invasión posterior. Las invasiones desde siempre han sido de todo menos baratas, así que en algunas ocasiones esas potencias acuñaban moneda en Ceuta para poder hacer frente a los gastos. A continuación voy a repasar las monedas que yo conozco que acuñaron allí. Con ello no pretendo ser minucioso, ni tan siquiera aseguro que no haya más de las que indico (no soy experto en moneda de Al-Andalus), pero estoy seguro que si faltan piezas habrá lectores del blog que las detecten y las indiquen en los comentarios.

Antes de entrar en materia, vamos a recordar que Al-Ándalus se  inició en el año 711, cuando los musulmanes entraron en la Península Ibérica y rápidamente la invadieron en su práctica totalidad. Se suele considerar el final de Al-Ándalus en 1492, con la conquista de Granada por parte de los Reyes Católicos. Pero mientras tanto, no es que en Al-Ándalus hubiese «moros», sino que diferentes pueblos musulmanes conquistaron ese territorio. Para que nos hagamos una idea, Al-Ándalus estaba al principio integrada en el Califato Omeya, para después convertirse en un emirato independiente y luego en el Califato de Córdoba, hasta que se disolvió y se dividió en los primeros reinos de Taifas.

Estando estos reinos de Taifas es cuando entraron en escena los Almorávides, los primeros en acuñar monedas en Ceuta.  Estos se apoderaron de Ceuta en 1084 dirigidos por Yusuf ibn Tasufin, un emir bereber muy poderoso y un gran batallador. Al año siguiente de asentarse en Ceuta Alfonso VI tomó Toledo y los Taifas ansalusíes se echaron a temblar ante el avance cristiano (recordemos que luchaban, ni más ni menos, que contra El Cid), por lo que pidieron ayuda a los almorávides, que tardaron poco en adentrarse en la Península y liarse a palos con todo el que se les ponía por delante. Entraron en 1087 y otra vez en 1090, haciendo suyo gran parte del territorio peninsular y reconquistando a los cristianos plazas importantes como Toledo, Lisboa o Valencia (pero esta última después de la muerte de El Cid, que era su gobernador).

Pues en este contexto es cuando Ceuta tuvo ceca por primera vez, acuñando dinares de oro que seguramente ayudaron mucho a la conquista de la península. Un ejemplo es la pieza que se muestra sobre este párrafo y que fue acuñada en 1091.

Las siguientes monedas ceutíes de las que tengo constancia también son acuñadas por los almorávides, pero en una situación totalmente diferente: para entonces los reinos cristianos estaban muy fuertes en la península y el descontento de los moros con los almorávides era tal que habían pedido al rey Alfonso I de Aragón que les ayudase a expulsarlos de Andalucía. En efecto, en 1126 se puso fin al dominio almorávide en Al-Andalus, al mismo tiempo que otra potencia les ponía en jaque por el sur: los almohades. Los almohades tomaron Marrakech, la capital Almorávide, en 1147.

Así que a mediados del siglo XII los almohades se encontraban amenazados por el norte por los cristianos, por el sur por los almohades y por si fuera poco había continuas revueltas internas en ciudades como Mértola o Sevilla, lo que dio lugar a los segundos reinos Taifas.  Pues en ese contexto de total inestabilidad política y económica es cuando se vuelven a acuñar monedas en Ceuta, pero esta vez no de oro (o al menos que yo conozca), sino quirates de plata como los que se muestran justo encima, datados alrededor de 1130-1140.

Tal y como pinta la historia, parece bastante claro que los siguientes en conquistar Ceuta fueron los almohades, quienes se hicieron con el control de la ciudad en 1147, mismo año en el que entraron en la península ibérica, donde tardaron poco en conquistar Al-Andalus. Como los almohades eran buenos comerciantes y Ceuta es un estupendo enclave marítimo, por aquellas épocas en Ceuta había dinero y se podía permitir el lujo de acuñar piezas de oro, como los medios dinares que se muestran arriba, acuñados en los primeros años de control almohade sobre la ciudad. Nótese también las diferencias evidentes entre los dinares almohades y los almorávides, aunque en ello no entraremos.

De nuevo, el patrón se repite y en Ceuta se vuelve a acuñar moneda una vez que los almohades han entrado en decadencia, a mediados del siglo XIII. En esa época ya habían perdido prácticamente todo su control sobre Al-Andalus con la derrota de la batalla de Navas de Tolosa y la proclamación de independencia de los nazaríes en Granada. De hecho, en aquellas épocas la preocupación de los almohades era el control de sus territorios en el norte de África y es entonces cuando vuelven a aparecer dinares acuñados en Ceuta, como el que se muestra bajo estas frases, acuñado en 1148. Un útimo apunto con respecto a los almohades es la gran importancia que tuvieron en la moneda castellana y catalana durante los siglos venideros, no hace falta más que echar un vistazo a nuestro léxico para darse cuenta de ello.

En las décadas venideras Ceuta está continuamente siendo conquistada y reconquistada por muchos pueblos. Entre 1232 y 1249 conquistaron la ciudad los Taifas de Murcia, el Reino de Fez, los hafsíes y finalmente los azafíes, de quienes no he encontrado ningún tipo de información en la Web. Con tanta gente mandando en tan poco tiempo no es de extrañar que incluso se llegase a proclamar como ciudad independiente en 1233. Pasados esos años tan turbulentos, los azafíes consiguieron controlar la ciudad durante 80 años, si bien de forma intermitente porque en varias ocasiones pasó a manos del Reino Nazarí de Granada y también a las del Reino de Fez. Debían estar todo el santo día a palos por lo que parecen.

Durante ese periodo también se acuñó moneda en Ceuta. Por ejemplo, los siguientes dirhams fueron acuñados por los azafíes:

Mientras que el siguiente dirham lo acuñó en Ceuta el Reino Nazarí de Granada:

A principios del siglo XV quienes tenían el control de Ceuta era el Reino de Fez, hasta que en 1415 Juan I de Portugal desembarca y conquista la ciudad, quedando ésta por primera vez bajo dominio cristiano. Para los portugueses Ceuta fue un enclave de mucha importancia a principios del siglo XV puesto que querían expandir el Imperio Portugués por el norte de África. Todavía quedaba más de medio siglo para que se descubriese América, pero el espíritu de descubrir, conquistar y evangelizar ya estaba presente en los portugueses.

Numismáticamente hablando esto tuvo su importancia, sobre todo durante el reinado de Alfonso V de Portugal, apodado el africano por sus incursiones en este continente.  Fue bajo el mandato de este rey cuando se acuñó en Ceuta los ceitiles que tanto se conocen en la ciudad. Los ceitiles eran monedas de vellón muy humildes, el equivalente a las blancas castellanas. Esos ceitiles se acuñaron en abundancia y, como otros ceitiles acuñados en Lisboa o en Oporto, presentan un castillo con olas debajo (generalmente tres olas, pero no siempre). Lo característico de los ceitiles ceutís es que aparece una C al lado del castillo, que es la marca de ceca, si bien no todos los ceitiles con una C fueron realmente acuñdos en Ceuta, sino que algunos se acuñaron en la metrópoli y se enviaron a Ceuta posteriormente. La imagen de abajo es un dibujo de un ceitil ceutí que aparece en Wikipedia, si bien existen otras variantes. Por otra parte, en el libro de Ferraro Vaz (que nos recomendó Rubén) también se cita la acuñación en Ceuta de monedas de oro y plata, si bien son piezas muy raras.

Los portugueses mantuvieron el mando de Ceuta hasta 1580, cuando pasó a dominio castellano. A partir de entonces Castilla y después España mantuvieron su soberanía sobre Ceuta hasta nuestros días, si bien la ciudad ha sido atacada por reyes marroquíes en múltiples ocasiones. Los castellanos y los españoles no han acuñado moneda en esa ciudad, aunque se le dedicó la moneda de 25 pesetas de 1998, que es la que se muestra más abajo.

Con todo esto, creo que ya nos podemos hacer una idea de las acuñaciones que se han realizado en Ceuta. Es un buen ejemplo de un enclave militarmente estratégico que acuñó moneda cuando se necesitó, fundamentalmente para financiar las incursiones que unos u otros hicieron por los alrededores. No fue una ceca estable, pero acuñó monedas durante muchos siglos.

Un último apunte invita a la reflexión, y es que en Ceuta todo el mundo sabe que allí se acuñaron ceitiles, pero casi nadie sabe que también los almorávides, los almohades, los azafíes y los nazaríes acuñaron moneda. Nos sentimos muy poco orgullosos de nuestras raíces árabes, y en mi opinión son importantes porque nos han permitido ser un pueblo muy rico.

Un último detalle, para rematar es una muestra de la importancia de las monedas acuñadas en Ceuta. Se trata de un mancús acuñado en Barcelona en el siglo XI a imitación de un dinar ceutí. Se subasta el próximo 27 de abril en Aureo. El resto de las fotos están tomadas de aquí.

Gracias Rubén por ayudarme con esta entrada.