Me imagino que a día de hoy toda persona que haya abierto alguna vez un navegador conozca eBay, empresa de la que ya se ha hablado alguna vez en el blog. En mi humilde opinión, cuando apareció fue un pepinazo y fue capaz de adelantarse varios años a lo que se vino a llamar la Web 2.0, gracias a lo que no sólo se aprovechó cuando se formó la burbuja de las puntocom, sino que salió fortalezida una vez que la burbuja pinchó. Ahora bien, hoy en día creo que el diseño de la web es tal que no se permiten muchas funcionalidades interesantes, como podría ser la búsqueda semántica de objetos para comprar o una edición menos interactiva para la venta de objetos. En cualquier caso,  eBay ejerce el monopolio de facto en cuanto a punto de contacto vía Web para la venta entre particulares (con permiso de otras webs no tan minoritarias como Todo Colección), y saben aprovechar su poder para sacar la mayor tajada posible.

En pocas palabras, lo que eBay ofrece a los vendedores es la posibilidad de publicar un anuncio y que haya millones de clientes potenciales que vean y pujen por él. Por ello les cobra un precio por poner el anuncio (que depende del precio de salida del mismo) y un 5% del precio de adjudicación del mismo, si es que se vende. A los compradores simplemente les ofrece un lugar en el que encontrar millones de productos que venden tanto particulares como aficionados. No se les cobra nada de forma directa por comprar artículos y se les dice que tienen cierta protección y no sé qué otras pamplinas. Nada de eso es cierto por norma general, y es normal.

Ya centrándonos en el tema de la numismática es evidente que eBay no va a andar pensando en qué monedas son buenas y qué monedas son falsas, o qué vendedores son de fiar y cuáles son unos estafadores. Por eso cobran un 5% del precio de venta, y no un 25% como en el caso de las casas de subastas. Es decir, que no se da ninguna garantía sobre el producto más allá de la que dé el propio vendedor, y en general (aunque se diga lo contrario), tampoco se da garantía de que se vaya a recibir la moneda que se paga; toca al comprador tomar la responsabilidad de discernir entre los vendedores buenos y malos para no verse atracado por uno de éstos.

Realmente, hay una manera de hacer que eBay quite un anuncio de la venta, y no es quejarse en los foros de eBay, que no lee casi nadie. Lo que hay que hacer es  presentar a eBay una prueba documental que pueda ser aportada por ellos en un juicio en caso de que quien ha visto eliminado su anuncio les denuncie. En otras palabras, se debe pagar a un profesional de reconocido prestigio para que haga un informe pericial en el que se diga que una moneda es falsa, y tome responsabilidad sobre su afirmación. Evidentemente, esto no lo hará nadie sólo para evitar que otro comprador se vea estafado, así pues, es cuestión de cada uno el no salir escaldado.

Visto todo esto, parece bastante evidente que eBay en el fondo no es más que un sitio web en el que se ponen en contacto compradores y vendedores. Así pues, eBay no vende más que eso: contactos, y eso no es poco vender. Claro que también hay que ser espabilados y sacar el mayor provecho posible de los contactos realizados: por ejemplo es una práctica común, y que yo hago siempre, que una vez que un comprador gana una puja se le mande un correo para ofrecerle más monedas para ventas o intercambios. De esta manera se pueden aprovechar mejor los gastos de envío y se pueden intercambiar más monedas sin tener que pagar ni un duro a eBay ni a ninguna otra empresa.

Y si el contacto funciona ¿por qué no seguir manteniéndolo? La inmensa mayoría de los tratos que he hecho a través de eBay han sido satisfactorios, y muchas veces he repetido en un futuro con esas personas, llegando a acuerdos de compra-venta privados. De hecho, ahora mismo cuando adquiero piezas nuevas se las ofrezco a varios antes de ponerlas en eBay, lo cual es casi la última opción. Del mismo modo, hay gente que cuando ve que una moneda la tengo en eBay y le gusta, me manda un correo para ver si llegamos a un precio de venta privada y en tal caso quito la moneda de la venta. Evidentemente no lo hago si la moneda ya tiene pujas. Y también está claro que no siempre llegamos a un acuerdo, como en este caso.

Así pues, queda visto que hay que sacar provecho a los contactos que se hagan por eBay. A pesar de ello, hay gente que prefiere comprarlo todo por eBay a pesar de que salga más caro. Es decir, que si tienes una moneda por 50 euros en eBay y le mandas un correo ofreciéndosela por 47 euros, prefiere pagar 50 y hacerlo a través de esa web. No entiendo muy bien el por qué, pero ya me he encontrado algunos así; la única razón que se me ocurre es que les gusta que después les votes y aumenten su puntuación, aunque eso no deja de ser un juego de niños.

Las imágenes están sacadas de la subasta de Hess Divo del pasado 28 de octubre. Se tratan de monedas de oro medievales francesas: 1 Masse d’or de Felipe IV,   1 ecu d’or à la chaisse de Felipe VI, 1 franc à cheval de Juan el Bueno y un franc à pied de Carlos V.